La primera Iglesia de la Comunidad Shalom: la Iglesia de Cristo Resucitado que pasó por la Cruz, fue dedicada el viernes 1 de noviembre, Solemnidad de Todos los Santos, en una celebración presidida por el Arzobispo Gregorio Paixão, Arzobispo metropolitano de Fortaleza-CE. Más de seis mil personas asistieron presencialmente a la celebración.
Moysés Azevedo, fundador de la Comunidad Shalom, comentó la Misa e introdujo a los fieles con una explicación del rito de la Dedicación:
“Dedicar una iglesia significa que Dios está presente en ella para siempre; el culto eucarístico y el culto cristiano se instituirán para siempre en este templo”, dijo Moysés.
Además de Mons. Gregorio, concelebraron la Misa Mons. José Negri, obispo de Santo Amaro, Mons. José Antônio Tosi Marques, arzobispo emérito de Fortaleza, Mons. José Luis Gomes de Vasconcelos, obispo de Sobral y Mons. Edmilson Cruz. Wagner Ferreira, presidente de Canção Nova, y el P. João Wilkes Chagas, miembro del Consejo General y responsable del clero de la Comunidad.
Símbolos de dedicación
La celebración se desarrolló según el rito propio de la Dedicación, pero estuvo marcada por símbolos y expresiones del Carisma Shalom. La liturgia de la palabra corrió a cargo de miembros de la Comunidad de Vida y de la Comunidad de Alianza, tanto casados como célibes. Otro detalle fue el ministerio de la música, formado por más de setenta ministros. Las canciones fueron compuestas especialmente para esta ocasión.
La colocación de las reliquias de los santos baluartes de la vocación, San Francisco y Santa Teresa de Jesús, así como de San Juan Pablo II, en el altar de la iglesia, fueron también otros momentos destacados del rito.
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Tomás y su experiencia con Jesús resucitado
Durante su homilía, Mons. Gregorio profundizó en el Evangelio de Juan 20,19, hablando de un personaje muy “característico” para la vocación Shalom: Tomás. “No hay nada peor que apostar todas tus cartas en un proyecto y que no salga bien. El Evangelio de hoy nos habla de frustración”, refiriéndose al sentimiento de miedo por los judíos en el que se encontraban los discípulos.
El Arzobispo también dijo que había un sentimiento de oscuridad en el corazón del apóstol: “Todo le parecía profundamente oscuro… Bueno, también estaba el miedo a lo que había fuera, porque si mataban a su amo, podían matarle a él. No sólo las puertas de la casa, sino también las del corazón”.
Con la visita de Jesús resucitado, “ya no hay muerte, ahora todo ha cambiado, todo es luz”. Si en aquel momento todos tenían miedo, su palabra dice: Paz. Paz, repite, para que la vida sea redimida. El objetivo de Jesús es el corazón de Tomás, mi corazón y tu corazón”, asegura D. Gregorio.
La exclamación de Tomás al tocar el costado abierto de Jesús, “Señor mío y Dios mío”, fue definida por el obispo como “un grito de fe y esperanza”.
“Con Jesús somos capaces de superar las frustraciones. Jesús viene a iluminarnos, pero necesitamos tocar las llagas del Resucitado para tocar las llagas de nuestra duda”, dijo.
Misión de abrir puertas
Con la aparición del Señor a los discípulos, Jesús envía también un mensaje misionero. Guarda en tu corazón: “Dichosos los que no han visto, pero han creído. “Que se abran las puertas para que seamos capaces de acoger. Que desde dentro tengamos el valor de salir y llevar la Vida del Señor a todos los rincones.”
Con este motivo, Mons. Gregorio subrayó que la dedicación “significa que todos nosotros, tan pequeños, queremos construir algo grande y definitivo para Dios y para nuestros hermanos. Es un don que Dios nos hace por medio de su Hijo a través del sacramento de la Eucaristía”. También subrayó: “Cuánta belleza nos acoge en este templo, cuánta alegría de quienes diseñaron esta casa para nosotros. Cuánta alegría de los hermanos y hermanas que se reconciliarán a través de este templo. Esta es la gran gracia que se da en este momento”.
Siguiendo con el tema, reveló que la aparición del Señor a los discípulos marca también su envío misionero. Pidió a los fieles que guardaran en su corazón las palabras de Jesús: “Bienaventurados los que no han visto, pero han creído”;
“Que se abran las puertas para que seamos capaces de acoger. Que desde dentro tengamos el valor de salir y llevar la Vida del Señor a todos los rincones.”
“El Señor Dios eligió este lugar como tierra sagrada para que resplandezcan su amor y su misericordia. Que participemos de esta belleza, somos piedras vivas del Señor y aquí, fortificados, llevemos la palabra del Señor”, dijo el celebrante.
Entrega de las llaves de la iglesia
Tras la liturgia eucarística, una procesión de misioneros y profesionales implicados en la construcción entregó al Arzobispo de Fortaleza las llaves de la Iglesia del Resucitado. El gesto simboliza la unidad con la Iglesia presente en la diócesis, signo de la puerta ya abierta por el obispo, y por la que todos están invitados a entrar.
Además de las más de 6.000 personas presentes en la Iglesia del Resucitado, durante la retransmisión más de 3.000 personas siguieron la Misa de Dedicación de la Iglesia. El vídeo permitió que misioneros y miembros de la Obra Shalom de diferentes lugares de difusión del carisma pudieran ver la celebración y emocionarse en cada momento.
Ronny Tominaga, uno de los espectadores comentó: “¡Día histórico para toda la Comunidad Católica Shalom que permanecerá en nuestros corazones para siempre! Gracias Señor Jesús!”. Ariane Rosa escribió: “¡Bendito sea Dios! ¡Qué día tan magnífico! Día de gran Gracia….¡Qué insondables, Señor, son tus obras en medio de nosotros! ¡Somos tuyos! ¡Te amamos!”.
He aquí los mejores momentos de la Dedicación de la Iglesia del Señor Resucitado: