Mi nombre es Carolina y la primera vez que visite Shalom fue en una misa de domingo donde la acogida fue tan linda y todos me saludaron, fue grato que alguien que no conoces te preste atención. Cuando terminó la misa, una de las misioneras oró por mí y fue allí donde me dí cuenta que Dios estaba ahí, me habló tan directo al corazón que fui descubierta por Él, su amor salió a mi encuentro y sabía exactamente por lo que estaba pasando en mi vida respondiendo una a una las dudas de si el realmente me escuchaba cuando yo le hablaba.
Después de un tiempo me invitaron a vivir el Seminario de Vida en el Espíritu Santo y fue allí donde no quedó duda alguna de su existencia, de su amo y poderío sobre mi vida, la misma presencia de Dios que yo no podía ver pero sentía fuertemente en mi corazón y me estaba hablando una vez más, no podía creer que me encontraría en ese lugar con Dios, que caía rendida sin poder parar de llorar al ver que este Dios, que algunos creen lejano, me estaba hablando de su amor por mí, llenando mi corazón de paz; día a día Dios me seduce hacia Él, me acerca, me cuida y me hace sentir amada.
Ahora no puedo dejarle, es más fuerte que yo, es medicina, es paz, es mi alegría, tanto amor, amor eterno que se resume en una palabra… Dios!!!