María José, de Sevilla, es una de los jóvenes que salieron desde España para vivir con nosotros el Congreso de Jóvenes Shalom en Evry –Francia. Ella comparte un poco de su experiencia con la Comunidad y cómo vivió el evento.
Conocí la Comunidad en 2013 en Río de Janeiro. Yo era voluntaria de la Jornada Mundial de la Juventud. Estuve en el Fórum internacional en Toulon en 2014 pero este fue mi primer Congreso de Jóvenes Shalom. Tenía la expectativa de que fuera como una JMJ pero sólo de la juventud shalom europea. Mucha sed de nutrirme del carisma y de compartirlo con otros jóvenes.
Mi familia y amigos no querían que fuera
pero respetaron mi decisión. La verdad es que después de todo lo que pasó en un par de ocasiones tuve miedo pero vi muy claramente la mano de Dios y la acción de Espíritu sobre el evento en sí, sobre mí y sobre el resto de jóvenes. Todos dimos un paso adelante, casi nadie rehusó ir por eso. En mi caso yo comprendí que la fecha del Congreso no era casualidad, que estaba destinado a ser un signo de fe y paz. Era voluntad de Dios que estuviéramos allí, Cristo nos invitaba a ser valientes a pesar de las incertezas. Para mí también como vocacionada de la Comunidad fue muy hermoso sentir que para mí realmente en congreso era también la primera oportunidad que tenía para confiar en el discernimiento de la comunidad, confiarles mi seguridad y mi vida. Fue un pequeño reto superado para aquellos a los que el Señor llama algún día a confiar en la comunidad para siempre toda su vida, como Comunidad de Alianza o Comunidad de Vida. Así me siento yo, confíe y valió la pena. Volvería a hacerlo mil veces.
pero respetaron mi decisión. La verdad es que después de todo lo que pasó en un par de ocasiones tuve miedo pero vi muy claramente la mano de Dios y la acción de Espíritu sobre el evento en sí, sobre mí y sobre el resto de jóvenes. Todos dimos un paso adelante, casi nadie rehusó ir por eso. En mi caso yo comprendí que la fecha del Congreso no era casualidad, que estaba destinado a ser un signo de fe y paz. Era voluntad de Dios que estuviéramos allí, Cristo nos invitaba a ser valientes a pesar de las incertezas. Para mí también como vocacionada de la Comunidad fue muy hermoso sentir que para mí realmente en congreso era también la primera oportunidad que tenía para confiar en el discernimiento de la comunidad, confiarles mi seguridad y mi vida. Fue un pequeño reto superado para aquellos a los que el Señor llama algún día a confiar en la comunidad para siempre toda su vida, como Comunidad de Alianza o Comunidad de Vida. Así me siento yo, confíe y valió la pena. Volvería a hacerlo mil veces.
La música siempre es un componente muy portante y también característico de la Comunidad. Realmente emociona y llega al alma. Los shows y músicas fueron excelentes. Y también, ver como otros jóvenes de mi edad y etapa vital sentían y compartían lo mío que yo es sin duda de lo mejor que vivimos en el Congreso. Particularmente me emociona mucho aquellas misiones donde Shalom está en medio de realidades desafiantes para ser cristiano, todos tenemos desafíos pero me refiero a guerras y otras cuestiones como por ejemplo los jóvenes de las misiones de Israel. Doy gracias a Dios por esta familia que es Shalom que no conoce fronteras. Shalom de todos y para todos a lo ancho y largo del mundo.
Llevo para mi ciudad de esta experiencia más confianza en los planes de Dios para mi vida, paz de Espíritu y alegría.