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Un hijo de San José para abrazar a la humanidad

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Fuente: jovenescatolicos.es
Fuente: jovenescatolicos.es

San José es un ejemplo a seguir para todos los padres y familias, pues es modelo de fe y esperanza en el modelo de la Divina Providencia.

En los últimos tiempos, en que la humanidad está perdiendo poco a poco el sentido de lo sagrado, el Padre ha enviado a María para preparar el regreso de su Hijo Jesús; esto es lo que se nos muestra en las apariciones a Catalina Labouré (1830), Lourdes (1848), Fátima (1917) y Medjugorje desde 1981, entre otras.

Sin embargo, en la aurora del tercer milenio, frente a los empeños malignos por destruir la familia, Dios suscita un padre para una humanidad huérfana y necesitada y entrega a San José su formación.

Estamos hablando de Jorge Mario Bergoglio, hijo de otro José Mario Bergoglio Vassallo. El Papa Bergoglio nació y se crió en el barrio de Flores, en Buenos Aires, en la parroquia de San José, donde recibió los sacramentos de iniciación. Para ser consagrado obispo, se aseguró de poner en su escudo episcopal la estrella y la flor del nardo. La estrella, según la antigua tradición, simboliza a la Virgen María, Madre de Cristo y de la Iglesia; mientras que la flor de nardo representa a San José, patrón de la Iglesia. Cuando se convirtió en el sucesor de Pedro, mantuvo en su escudo estas imágenes, haciendo hincapié en la referencia de la Sagrada Familia.

 Su misa de comienzo de pontificado fue el 19 marzo de 2013, el día de San José. El Papa Francisco dio solemne inicio de su pontificado presentado a San José como el “guardián”, porque “sabe escuchar a Dios,  se deja guiar por su voluntad y, por eso mismo, se muestra aún más sensible con las personas que se le confían, sabe leer con realismo los acontecimientos”.

Meses después, el Papa Francisco, a través de un decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, decidió realizar un pequeño cambio en las oraciones de la Misa para promover la devoción a San José.

En concreto, con esta modificación, el Santo Custodio es mencionado en las Plegarias Eucarísticas II, III y IV de la tercera edición típica del Misal Romano, colocándolo después del nombre de la Virgen María.

La decisión de añadir esta referencia en la oración principal de la celebración de la misa se justifica, de acuerdo con la Santa Sede, “por su lugar único en la economía de la salvación como el padre de Jesús.”

El documento del Vaticano escribe: “S. José de Nazaret, colocado delante de la familia del Señor, contribuyó generosamente a la misión recibida en la gracia y adherirse plenamente a principios de los misterios de la salvación humana, convirtiéndose en modelo ejemplar de generosa humildad que los cristianos tienen en gran estima, lo que demuestra aquella virtud común, humana y sencilla, siempre necesaria para que los hombres sean buenos y fieles seguidores de Cristo”.

El Papa Francisco añade en otra ocasión: “Puesto delante de la Sagrada Familia, asumió la misión de educador, guardando y acompañando a Jesús en su crecimiento en “sabiduría, estatura y gracia “. El crecimiento de la “estatura” se refiere al crecimiento físico y psicológico, donde José, junto con María, tuvo una acción más directa intentando que no le faltara de nada a Jesús y liberándolo de las dificultades como la amenaza de muerte inminente de Herodes que los llevó a la huida a Egipto. En cuanto a la educación en la “sabiduría”, José fue a ejemplo de Jesús y maestro, dejándose siempre nutrir por la Palabra de Dios; se enseña que el principio de la sabiduría es el temor del Señor. Con respecto a la dimensión de la “gracia”, la influencia de José consistía en favorecer la acción del Espíritu Santo en el corazón y la vida de Jesús. De hecho, José educó a Jesús, primero con el ejemplo: el ejemplo de un hombre justo que siempre se dejaba guiar por la fe”.

Posteriormente, en una ceremonia en la que estuvo acompañado por Benedicto XVI, el Papa consagró el Estado de la Ciudad del Vaticano a San José y a San Miguel Arcángel: “Su presencia nos hace aún más fuertes y más valientes de dejar espacio a Dios en nuestras vidas para vencer el mal con el bien… que la vida de gracia crezca cada día más en cada uno de nosotros”. A los fuertes y valientes para que seamos fuertes y valientes como ellos. Realmente es necesaria de la fortaleza y la valentía para pasar por dificultades, fracasos y penurias en un momento peculiar de la humanidad. Sólo los fuertes creen, sólo los fuertes confían, sólo los fuertes se abandonan”.

A la vista de tantas evidencias, podemos preguntarnos: ¿Es Bergoglio que escogió a José o José que eligió a Bergoglio?

 Él mismo responde: “También el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más es ese servicio que tiene su cumbre luminosa en la cruz; debe poner su mirada en el servicio humilde, concreto, rico en fe, de San José y, como él, abrir los brazos para proteger a todo el pueblo de Dios y acoger con cariño y ternura a toda la humanidad”.

 Y confiesa un secreto íntimo: “Me gustaría decir que también es una cosa muy personal. Me gusta mucho San José, ya que es un hombre fuerte y silencioso. En mi oficina, tengo una imagen de San José dormido y dormido se encarga de la Iglesia. Cuando tengo un problema o una dificultad, lo escribo en un papel y lo coloco debajo de San José, para que él sueñe con eso. Esto significa: para que rece por este problema”.

Para evitar que el amor se pierda, el Papa ha pedido a las familias que nunca dejen a un lado la capacidad de soñar, y que estén atentos a tres actitudes: reposar en el Señor, levantarse con Jesús y María y ser voz profética. Destacó que Dios se manifiesta al hombre en los tiempos de descanso y es esencial encontrar tiempo para orar en medio de las actividades diarias. “Esos preciosos momentos de descanso, descanso con el Señor en la oración son momentos que nos gustaría, tal vez, prolongar. Pero como San José, cuando oímos la voz de Dios debemos despertar, levantarnos y actuar”, dijo. “Todas las veces que le pedí algo a San José, me lo concedió”, dijo el Papa.

“Él es modelo de educador, padre y sacerdote. Por lo tanto, encomiendo a su protección a todos los padres, sacerdotes – que son también padres – y los que tienen un papel educativo en la Iglesia y en la sociedad”. El Pontífice hizo una reflexión sobre las tres lecciones que San José ofrece a las familias de todo el mundo: son “el descansar en el Señor en la oración”, “crecer con Jesús y Santa María” y “ser una voz profética en la sociedad.”

En el día del trabajo, el Papa se dirigió a los jóvenes: “Queridos jóvenes, aprenden de San José, que tuvo momentos difíciles, pero no perdió la confianza, y aprendió a superarlos.” En 2014, el Santo Padre afirmó este día que San José es el modelo de “maestro” y “papá” para todos los padres del mundo.

La catequesis de la audiencia general del miércoles, el 4 de febrero de 2015, Francisco habló de la figura del padre en la familia. Recordó que San José fue tentado a abandonar cuando María descubrió que estaba embarazada, pero abrazó la misión de padre. El Santo Padre dejó claro que “cada familia necesita un padre.”

Según Francisco, la primera necesidad es que un padre está presente en la familia: “La primera necesidad es precisamente esta: que el padre está presente en la familia. Que esté al lado de su esposa, para compartir las alegrías y dolores, esperanzas y trabajos. Y que esté con sus hijos en su crecimiento: cuando juegan, cuando están sin preocupaciones y cuando están en dificultades, cuando expresan y cuando están taciturno, cuando son valientes y cuando tienen miedo, cuando dan un paso en falso y cuando reencuentran el camino. El Padre presente siempre”.

El Papa Francisco habló también en la catequesis, de la parábola del hijo pródigo – mejor conocida como el padre misericordioso-,  nos encontramos en el Evangelio de San Lucas, y consideró encontrarnos en ese texto una gran dignidad y ternura en la espera de aquel padre por su propio hijo: “los padres deben saber ser pacientes. A veces, no hay otra cosa que hacer que esperar, rezar y esperar con paciencia, benignidad, bondad, misericordia. Un buen padre sabe esperar y saber perdonar”.

 

Te dejamos como sugerencia un libro sobre San José:

Referencia para el hombre de hoyjos_

El libro José: referencial para el hombre de hoy que buscar convertir la figura de José más próxima a la humanidad, para que, como la Iglesia desea, él sea una referencia para el hombre. El libro cuenta con iconos de San José y la Sagrada Familia, indicaciones litúrgicas y devociones, a medida que lean, oren, contemplen y crezcan en la amistad con el padre adoptivo del Redentor. Por lo tanto, “Id a José.”

 

Sobre el libro:

Libro José: Referencial para el hombre de hoy

Autor: Cassiano Rocha Azevedo

Editorial: Ediciones Shalom

Páginas: 158

Edición: 2011

Sobre el autor:

Cassiano Rocha Azevedo es celibatario y consagrado de la Comunidad de Vida en la Comunidad Católica Shalom, graduado en arquitectura en la UFC y especializado en patrimonio Cultural de la Iglesia por la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma.

Traducido del portugués por María José Aguilar


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