Saludando uno por uno a todos los representantes de las diversas denominaciones cristianas el Papa Francisco concluyó la celebración ecuménica de las Vísperas, el sábado 25 de enero, por la tarde, en la basílica de San Pablo Extramuros. Junto a él realizaron también este gesto de fraternidad y amistad el arzobispo ortodoxo Gennadios Zervos, metropolita del Patriarcado ecuménico de Constantinopla para Italia y Malta y exarca para Europa meridional, y David Moxon, representante del arzobispo de Canterbury ante la Santa Sede, director del centro anglicano de Roma. También con ellos, al inicio de la celebración, el Papa rezó ante el sepulcro de san Pablo.
Asistieron al Pontífice en la oración de las segundas Vísperas de la solemnidad de la conversión de san Pablo —como conclusión de la Semana de oración por la unidad de los cristianos— los cardenales diáconos James Michael Harvey, arcipreste de la basílica, con su predecesor Francesco Monterisi. Estuvieron presentes dieciséis purpurados, entres ellos el decano del Colegio cardenalicio Angelo Sodano y el vicario para la diócesis de Roma Agostino Vallini. Numerosos los arzobispos y obispos: el secretario de Estado Pietro Parolin, el sustituto de la Secretaría de Estado Angelo Becciu y el prefecto de la Casa pontificia Georg Gänswein. Como conclusión de las Vísperas, el obispo Brian Farrell, secretario del Consejo pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos, agradeció al Papa su atención al diálogo ecuménico, en nombre también del cardenal presidente Kurt Koch, que no pudo estar presente imposibilitado por un malestar. Y puso de relieve cómo el don de la unidad pide a todos la conversión, evitando particularismos y homologaciones. Entre los presentes, miembros y oficiales del dicasterio ecuménico, con el subsecretario monseñor Andrea Palmieri, treinta estudiantes del Instituto de Bose y numerosos jóvenes ortodoxos y orientales que estudian en Roma. El abad de San Pablo dom Edmund Power, juntamente con los monjes benedictinos, acogió y acompañó al Papa en la celebración en la basílica.