Son los santos baluartes de la vocación y ejemplos de oración y amor esponsal por la Comunidad Shalom
Modelos de oración y amor a Dios sobre todas las cosas, San Francisco y Santa Teresa son baluartes de la vocación Shalom. La providencia de Dios aproximó al fundador de la Comunidad, Moysés Azevedo, y a la cofundador, Emmir Nogueira, a los escritos y la historia de los dos santos.
Pobreza, amor esponsal, minoridad, oración, vida fraterna, alabanza y penitencia son algunos aspectos de la vida del Santo que se presentan en la espiritualidad Shalom. De Teresa, el carisma Shalom recibe la inspiración de la oración personal, diaria, contemplativa, parada con Dios. A partir de la oración, el carisma Shalom se manifiesta en toda su belleza y parresía en este tiempo que la Iglesia exige una nueva evangelización.
Son “maestros de vida espiritual” y sus enseñanzas se constituyen “caminos seguros que nos presenta la tradición mística católica y que, junto con la experiencia del Espíritu, forman la base de la espiritualidad de nuestra Vocación”, como señalan los estatutos de la Comunidad Shalom.
Celebrar los baluartes de la vocación, San Francisco de Asís y Santa Teresa D’Ávila, es sumergirse en un aspecto esencial de la espiritualidad Shalom y renovar el llamado a la pobreza, la pequeñez, la alabanza y el amor esponsal. Es decir, como Francisco y Teresa: “sólo Dios basta“.
Historia
La inspiración de San Francisco como baluarte y columna de la vocación Shalom fue dada inicialmente por la película “Hermano sol y hermana luna” y por la lectura del libro “Hermano de Asís”, al inicio de la fundación de la Comunidad Shalom, cuando Moysés Azevedo tuvo una experiencia única.
“Una renuncia total, y no sólo a las cosas ilícitas, sino también de las lícitas, para poder amar y servir a Dios. Este primer toque de San Francisco, este abandono nos habla muy de cerca. La pobreza que vivió San Francisco, su llamada específica fue única para la Iglesia”, explicó Moysés Azevedo en una formación sobre la influencia del Santo en su vocación.
En la época de la fundación de la Comunidad, Don Aloísio Lorscheider era obispo de Fortaleza. Moysés le pidió orientación sobre la espiritualidad de la vocación Shalom. Dom Aloísio, que era franciscano y doctor en espiritualidad, lo animó a leer a Santa Teresa D’Ávila.
“Santa Teresa y San Francisco nos influyeron inmensamente, cayeron en el corazón de Moysés y en mi corazón, moldeando nuestros corazones, no para que fuéramos franciscanos o carmelitas; sino para que de esta unión de Teresa y de Francisco, de la espiritualidad de la Renovación, y del espíritu del fundador, surgió eso que hoy llamamos espiritualidad Shalom”, enfatizó Emmir Nogueira en su formación sobre el tema.