La conmemoración de los 40 años del Centro San Lorenzo reunió a un centenar de personas el pasado lunes 13 de marzo. Antiguos y nuevos voluntarios del Centro Internacional, varios jóvenes y diversas comunidades como la Comunidad dell’Emmanuel, Sementes do Verbo, Canção nova, Apóstolas de la vida interior y la Comunidad Shalom de Roma se reunieron en una tarde de celebración que incluyó momentos de celebración eucarística, testimonios y un momento de convivencia.
En su homilía, el Cardenal Tolentino compartió una bella reflexión inspirado en el Salmo 62 que hablaba sobre la sed. Explicó que podemos comprender la sed como una condición para la búsqueda permanente de Dios. La historia de Naamán y la resistencia de los paisanos de Jesús en el aceptar su anuncio fueron ejemplos paradigmáticos de la reflexión sobre la humildad: “A veces Dios está tan cerca de nosotros pero se convierte en un extraño. No le vemos por ninguna parte, pero está ahí, a nuestro lado”.
Estas palabras clave: sed y humildad, también se atribuyeron al Centro; el Cardenal portugués afirmó: “El Centro San Lorenzo es un lugar humilde y su humildad hace tanto bien, ha hecho tanto bien en todas estas décadas. Y como dijo San Juan Pablo II, es “un laboratorio de fe”, un laboratorio de esperanza, un lugar de encuentro; un lugar donde uno puede “rejuvenecer” ante la verdad luminosa de la Cruz del Señor.
Un lugar donde se puede “rejuvenecer”
La acogida y el ambiente familiar también destacaron en los testimonios de dos antiguos voluntarios y una joven voluntaria que presta su servicio hoy en el Centro.
Martine Gilsoul, originaria de Bélgica fue responsable del Centro San Lorenzo (CSL) entre 2002 y 2004. En su testimonio destacó la doble dimensión de la misión del CSL: ser un hogar para los jóvenes peregrinos de paso por Roma, especialmente estudiantes y ser un lugar privilegiado de preparación para la JMJ. “El CSL es la casa de la Jornada Mundial de la Juventud”. “Aquí he aprendido que el Señor puede hacer grandes cosas a partir de mi pobreza”.
El padre Konrad Bestle, rector del Colegio Teutónico y voluntario en el año 2008, contó cómo en su juventud, hace 17 años, conoció el Centro San Lorenzo por casualidad y cómo se convirtió en su casa durante sus años de estudio. También recordó cómo durante las bodas de plata del CSL tuvo la oportunidad de concelebrar la Misa con el Papa Benedicto XVI.
Mateja Dugandzic, por su parte, contó cómo la experiencia de acoger a los peregrinos en el Centro San Lorenzo la impulsó a “dar gratuitamente lo que había recibido gratuitamente” y así de peregrina pasó a voluntaria, devolviendo la hospitalidad recibida.