Hola, soy Melissa Pérez, soy de Panamá y soy miembro de la comunidad, discípula del primer año como Comunidad de Alianza.
La JMJ en Lisboa ha sido una experiencia de sanación interior, pero también de encuentros y de sorpresas; esta sorpresa que Dios hace en medio de mi camino, como hizo con María y que me ha invitado a salir sin demora a hacer Su Voluntad. Esta invitación se hizo concreta desde el momento que al estar con miles de jóvenes
, bajo un mismo objetivo, resaltaba en mi vida la importancia de que siempre va a valer la pena darlo todo por Dios.
Sí, es que la Jornada Mundial de la Juventud renueva en mi ser el ser misionera, el salir de mis comodidades y que dónde esté no pierda la ALEGRÍA. Esa alegría mencionada por el Papa Francisco que no debemos de perder, es la que he renovado durante los días de jornada, la alegría de ser Iglesia, de ser Comunidad, de ser hija amada de Dios. Además de esta alegría, se hizo presente una vez más la invitación a la confianza a los planes de Dios, que muchas veces son frustradas por mis propias voluntades, pero que esta vez.. se abre el deseo de confiar y abandonarse.
Hablando un poco del encuentro durante la JMJ, ha sido increíble!! Como Panameña me hizo recordar el privilegio de también haber tenido en mi país una jornada, y que deja la misma marca también en las tierras portuguesas: el amor lo explica todo (SJPII); el amor que hace que las personas de diferentes idiomas se puedan entender, el amor al servir, el amor que hace que acogemos, el amor que hace que camines mucho, el amor que explica la misión de este encuentro: ser una iglesia en Salida y en constante movimiento para el hombre de hoy.
Una parte fundamental para mí fue el vía Crucis, donde fue rezada todo lo que pasó Jesús antes de estar en la cruz, pero desde la vivencia actual, es decir: de nuestras desesperanzas, tristezas, ideaciones, soberbias, ansiedades, depresiones, vicios, falta de confianzas, duelos, falta de amor, etc que son situaciones que en lo personal me hizo conectar más para rezar, ya que me ví reflejada en muchas de estas situaciones, que al final fueron las situaciones que ya cargaba Jesús; que Gracia tan maravillosa fue ese momento de recordar: que NADA se compara con todo el amor que tiene Dios por la humanidad, que todo sufrimiento tiene sentido si miramos la cruz, pero con la certeza de la Resurrección, porque: ¡todo pasa! ¡Todo tiene su tiempo!.
He regresado a mi país, a mis actividades diarias en Panamá, con una renovación vocacional, pero con una renovación de sentirme profundamente amada como HIJA de Dios; esta hija que se deja cuidar, pero que es sorprendida por tanto amor y cuidado, que sin merecer absolutamente nada, Él (Dios) deseaba que viviera así. Solo mi corazón siente mucha alegría y gratitud por todo lo vivido, por todas las gracias derramadas; y sobre todo una gratitud inmensa a todos los organizadores por hacer que miles de personas (al que yo) tuvieran una experiencia personal… y con eso ya todo ha valido la pena.
Gracias Dios por renovar tu llamado en mi vida y mantenerme cerca de los jóvenes, que renueva todo en mí.
Melissa Pérez García
JMJ Lisboa 2023