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Testimonio: “El vocacional despertó en mi algo que ya sentía hace años”

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ElizabethMi nombre es Elizabeth, soy de Lima-Perú y vivo en la misión de Montevideo, Uruguay, de la Comunidad Católica Shalom. Participo en la comunidad más de dos años. Y buscando la voluntad de Dios entré al vocacional, donde se despertó en mi algo que ya venía sintiendo desde hace años: ir en misión.

Envié una carta a la comunidad en diciembre del 2012 y la respuesta fue “te vas a la misión de Montevideo”, jamás pasó por mi mente ir de misión a otro país que no fuera Brasil, ya que la comunidad Shalom nació ahí.

Cuando comuniqué a mis padres que iría a Uruguay como misionera y donde no iba a trabajar en alguna empresa, pero si a trabajar para Dios y que viviría de la providencia de Dios, no aceptaban mi decisión, al igual que mis amigos, casi nadie estaba de acuerdo conmigo. Pero yo sólo quería experimentar esta inolvidable aventura. Después se presentaron algunos inconvenientes en mi salud, tuve que ser intervenida quirúrgicamente y así esperar casi tres meses para poder viajar.

Después de tanto esperar, llegué a Montevideo en Agosto del año pasado, ya llevo aproximadamente siete meses aquí, siete meses en los cuales he sido muy feliz. A pesar de los obstáculos, las dificultades que se presentan cada día, pero tan sólo con recordar que se está cumpliendo la voluntad de Dios ya se llena de alegría mi corazón.

Estar de misión en otro país es todo un reto, ya que yo vivo con brasileños y no entendía nada del portugués, pero la experiencia de la fraternidad, del amor de hermanos, de la amistad que fue creciendo con varios de ellos, ser una familia, es una experiencia que cuesta al principio, pero es inolvidable.

¿Y qué decir de los chicos de la obra Shalom? Ellos son, después de Dios, el segundo motivo por el cual yo decidí quedarme en este de misión en Uruguay. Ver realmente a muchos jóvenes uruguayos que iban tejiendo una amistad entre ellos, una amistad en Dios, que me edificaba mucho. Fui amando fácilmente a cada uno de ellos.

Por eso, ir de misión es bueno para salir de uno mismo, y encontrar así la voluntad de Dios en nuestras vidas, dejándonos moldear por él y para él, y luego entregar lo que él nos da para nuestros hermanos. Recordando siempre que nuestra vida es un Don, y el Don es algo que Dios nos regala para el servicio de los demás.

 


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