El 4 de octubre del 2017, día de San Francisco de Asís, los primeros misioneros de la Comunidad Católica Shalom, llegaron al corazón del 20° arrondissement de Paris, cerca de la Parroquia de Notre Dame de la Croix, en Ménilmontant. Es un barrio muy vivaz de la capital, sobre todo gracias a su diversidad de estilos de vida y a la diversidad de gente que allí vive.
El Café Chez Moi, gestionado por la Comunidad Shalom desde enero del 2018 a través del voluntariado, ofrece una atmosfera acogedora y creativa, ofreciendo especialidades brasileñas, como tapioca y jugos de frutas tropicales. Pero más allá de esto, el café es un lugar acogedor, una interfaz bastante neutral, donde se pueden recibir personas que no necesariamente participan de la Iglesia. Él Café Chez Moi es el centro de nuestras actividades de evangelización, en el espíritu de una ‘cultura del encuentro’.
Es en el café (y en su pequeña capilla) que la capellanía de los jóvenes y estudiantes de la parroquia, viene acogida y animada cada domingo después de la misa. Para el grupo de lode del miércoles es necesario un espacio más amplio, el coro de la Iglesia. La evangelización se desarrolla también por las calles de nuestro barrio y, además, realizamos un grupo de oración Shalom a Massy, una ciudad en la región parisina. Nuestra misión es ser discípulos y ministros de la paz para la evangelización de las personas de hoy.
El 15 de abril del 2019 toda Francia y el mundo quedaron impactados por el incendio que destruyó el chapitel y el techo de la Catedral de Notre Dame. Durante el trabajo de los bomberos para salvar la Iglesia, visitada por 13 millones de personas cada año, los fieles se quedaron allí en oración, en casa, así como también en público, al inicio de esta semana santa. Como misioneros en esta tierra, observamos el debate sobre la importancia histórica y religiosa de tal Iglesia en el corazón de Paris y podemos decir en el corazón de Europa: es mucho más de un tumulto de piedras, cemento y madera, u obras de arte, así como también mucho más allá de las reliquias sacras. Simboliza la gran fe de la Iglesia. En las palabras del arzobispo Monseñor Aupetit:
“Estas piedras son el testimonio de una esperanza invencible que, con talento, coraje, genio e fe de los constructores, se erigió este luminoso monumento de piedras, madera y vidrio. Esta fe queda nuestra. Ella es quien mueve las montañas y nosotros reconstruiremos esta magnánima obra”.
Esta fe y esperanza “en llamas”, por los hechos mismos, pueden tener significados diversos. Sentimos que debemos darle un significado pascual y misionero: la victoria de Dios después de su aparente derrota. “Destruid este templo y en tres días lo haré resurgir” (Jn 2, 13-25); la reconstrucción del Templo, solicitada por Dios al pueblo tras el exilio en Babilonia: “Salid sobre el monte, portad maderas, reconstruid mi casa. En ella me complazco y manifestaré mi gloria – dice el Señor” (Ageo 1,1-15); la reconstrucción de la Iglesia solicitada por Jesús a San Francisco de Asís: “Francisco, va, repara mi casa que, como ves, está en ruinas”. Fundada a Paris y habiéndola como modelo, la misión Shalom de Paris siente la misma llamada de San Francisco a contribuir con la Iglesia a la resurrección de la fe en los corazones de los franceses.
Es en este espíritu que la Iglesia de Paris ha sobrevivido a los temblores de muchas revoluciones y persecuciones; ha dado muchos santos a la Iglesia y ha enviado misioneros y mártires al mundo. Es también en este espíritu que la Comunidad Shalom quiere ser un signo de paz, de resurrección, de potencia del Espíritu para una Nueva Evangelización en el corazón del mundo.
Misión Shalom Paris
Traducción: Manuel Quezada