Para Anna, Luna y Emily, tres jóvenes estudiantes europeas de la Universidad holandesa de Leiden, las religiones y las prácticas religiosas son uno de los temas que más despierta su curiosidad como futuras antropólogas y sociólogas. Por ello, eligieron investigar sobre esta cuestión y su aplicación a través de las tecnologías en el contexto actual de pandemia a nivel mundial.
“Comenzamos investigando sobre varias religiones y los grupos que se reunían online. Cuando encontramos en internet el grupo `Alive in Christ´ decidimos concretar nuestra investigación centrándonos en el cristianismo ya que es la religión más cercana a nuestras raíces culturales”, asegura Anna.
Para Luna, el principal punto a profundizar en el estudio es “como la religión es capaz de conectar a las personas y como una plataforma virtual influye en este sentimiento de unión y conexión interpersonal”. En el caso de los grupos online Shalom, semanalmente jóvenes de distintas partes del mundo, con distintas culturas y diferentes usos horarios se reúnen por Zoom para orar y compartir su fe cristiana.
“UNA EXPERIENCIA SORPRENDENTE” EN LA RED
Estas jóvenes tuvieron la oportunidad de participar en uno de los encuentros “Alive in Christ” en los que fueron sorprendidas por la alegría de la acogida de sus miembros, los lazos de amistad entre ellos y la experiencia fraterna más allá del momento de reunión online semanal.
“Esta experiencia ha sido algo completamente nuevo para mí. He estado en la Iglesia, pero nunca en una actividad cristiana online, así que fue muy interesante ser parte de esta experiencia. Me quedé muy sorprendida de la acogida tan abierta y amigable por parte de todos los participantes. Aunque estaba nerviosa al principio se me quitó en el momento de las presentaciones y la bienvenida”, destaca Anna.
Para Emily fue estupendo ver el buen clima entre los integrantes del grupo de oración. “Hacían bromas, se ponían al día de sus vidas y eso muestra como tienen entre sí un vínculo muy estrecho al que internet contribuye creando experiencias significativas, en este caso, de amistad”.
“Noté que las personas experimentaban ese momento de oración de manera diferente, por ejemplo, con los ojos cerrados, las manos entrelazadas o con la cámara apagada. Todos tenían su propia manera de experimentar a Jesús físicamente de forma separada, pero con un mismo credo. Lo que se comparte a nivel de fe y poder hablar de ello parece que conecta a las personas aún más”, afirma Luna sobre las cuestiones que le llamaron la atención durante el encuentro semanal del grupo “Alive” en el que pudo participar.
JÓVENES DEL MUNDO UNIDOS EN CRISTO
Los grupos de oración Shalom “Alive in Christ” se caracterizan por el ambiente multicultural e internacional de sus miembros originarios de los cinco continentes y agrupados por idiomas en español, inglés e italiano.
En el grupo “Alive” las estudiantes de la Universidad de Leiden pudieron comprobar como el hecho de que sus miembros provengan de diferentes países, culturas, lenguas y zonas horarios no disminuye en absoluto que se den verdaderas relaciones de fraternidad y amistad entre ellos.
“También me sorprendió mucho como la amistad y el compartir la vida va más allá de la plataforma online Zoom, donde se celebra el grupo, sino que también por Whatsapp hay mucha conversación, apoyo unos con otros y peticiones de oración, por ejemplo, por personas necesitadas o incluso fallecidos por el Covid durante la pandemia. También se comparte música, eventos de la Comunidad Shalom y otras informaciones de interés para todos”, afirma Luna.
En los grupos “Alive” la oración va más allá del encuentro semanal y pasa a formar parte también de la vida de sus integrantes como una comunidad de “intercesión” y apoyo a sus miembros a través de las tecnologías.
“Ha sido muy bonito ver como a pesar de los límites geográficos en relación a la religión, es posible que existan los grupos ‘Alive’ en los que se ayuda a las personas a sentirse conectadas entre ellas, acompañadas y ayudadas en sus necesidades”, resuelve Emily.
María José Aguilar