Afortunadamente hay muchos jóvenes que reconocen el valor de la espera de una relación seria y enraizada en Dios. Un noviazgo donde Él es el centro, busca basarse en la vivencia de un amor verdadero. A continuación 10 consejos útiles basados en mi experiencia de vida que me gustaría compartir para motivar a todos lo que quieren perseverar en ese camino:
Decisión: saber la razón por la que quieres un noviazgo de este tipo. Observa los motivos reales que hay en tu corazón y recuérdalos en los momentos más difíciles.
Confianza en Dios: es necesario confiar en Él. La decisión no debe detenerse en una idea, sino que debe ser acompañada por una acción. Es necesario colocar los deseos personales en las manos del Padre, que sabe qué es lo mejor para nosotros en el momento justo.
Tener como confidente a la Virgen María: ¿qué no hace una madre por su hijo? ¿Qué madre no daría esa “ayudita” para hablar con el padre? Siempre que hablo del asunto con otro joven, lo desafío: “¿Por qué no escribir una carta a Nuestra Señora, diciéndole todo lo que esperas de un noviazgo?”. Escribe de verdad y entrégate a ella. Ella la entregará al Padre. Yo soy prueba viva de eso.
Autoconocimiento: la época de la soltería es adecuada para conocerse y para ser mejor persona. También para comprender mejor la vocación que te está reservada.
Fortalecerse en la fe: eso siempre es muy valioso. En la persona como en la relación se verán muchos frutos.
Servir a Dios: nos conduce a nuestra vocación y ayuda excepcionalmente en la santidad. Nos consuela en la espera, nos da placer en darnos al hermano y nos cura interiormente de nuestras inclinaciones equivocadas.
Buenas amistades: son esenciales en esas circunstancias. Nos apoyan en la elección, nos incentivan, comparten la vida con nosotros y nos guían hacia los buenos ambientes. De ellas puede nacer una buena relación, finalmente, los novios deben ser grandes amigos.
Cuidar el propio jardín: época para pensar con profundidad en los estudios, el trabajo y la familia. Crear raíces en lo que es realmente esencial y tocar la vida.
Renunciar: a lo que el mundo ofrece, como las relaciones vacías, el sexo desordenado, las actitudes desvirtuadas, entre otras cosas, que pueden desviarnos del camino de Dios.
Vuélvete un testigo de vida para los demás: las promesas de Dios se cumplen. Muchos pueden confirmar eso: yo soy uno de ellos. Cree: un noviazgo maravilloso está esperándote. ¡Permanece firme!
Hoy en día, estoy en una relación con una muchacha virtuosa, que ama mucho a Dios. Estoy viviendo días inolvidables con ella. Muchas alegrías, tristezas, victorias y derrotas. Hermanos y hermanas, vale la pena esperar. Sólo el Señor sabe lo que va a suceder de aquí en adelante. No obstante, no puedo negar que todo esto es una experiencia única y que tú, así como yo, dirás: “Es verdaderamente bueno”.
Se podrían decir muchas cosas, tal vez hasta más importantes que las que menciono en el texto, pero esto es lo que estaba en mi corazón.
Aleteia*