Incluso antes de la fundación de la Comunidad Shalom, Dios inspiró a sus futuros miembros al servicio de los más necesitados. Algunos hechos aún desconocidos para muchos, revelan los caminos de la Divina Providencia que hacen de Shalom una vocación para los pobres.
En primer lugar, es necesario tener en cuenta que los pobres, en la visión del hombre a la luz del Carisma Shalom, son todas las personas que no conocen a Dios, todos los que aún no han hecho su experiencia personal con el Resucitado que pasó por la Cruz. Toda acción evangelizadora de la Comunidad tiene como objetivo promover la dignidad humana herida por la pobreza material, espiritual o moral.
En este sentido destacamos la acción de Dios, a través de Shalom, en el servicio a los pobres materiales, nos dice João Patriolino, consagrado de la Comunidad de la Vida, hoy responsable de Shalom en Mozambique, Africa, es quien nos ayudará a hacer la línea de tiempo de este extraordinario itinerario.
1977
Entre 1977 y 1979, Moysés Azevedo y algunos jóvenes, entre ellos algunos que estuvieron en la fundación de la Comunidad, 5 años después, desarrollaron una obra de evangelización en el entonces llamado Pirambu, una región geográfica de Fortaleza (Brasil) marcada por la pobreza y la violencia. Durante mucho tiempo, el local lució el título “de los más pobres de América Latina”. Actualmente el nombre del barrio es Cristo Redentor.
En este mismo barrio vivió el misionero belga, Padre Caetano de Tilesse, fundador del Instituto Nueva Jerusalén. Moysés, Emmir y otros jóvenes iban a evangelizar y predicar los retiros en el Instituto. “Esta experiencia en Pirambu fue decisiva en el direccionamiento de nuestra espiritualidad y nuestra relación con los más pobres y la pobreza evangélica”, dice João Patriolino. Para el misionero, estaba la semilla y la obra posterior de Shalom con los más necesitados. “Ya queríamos estar con los pobres”, dice.
Mirar para el pasado de la Comunidad nos hace percibir que la primera experiencia de la Comunidad de Vida fue hecha en medio de una situación de extrema pobreza. “Moysés y otros cuatro jóvenes llegaron a vivir en una habitación de 3 x 2 metros y un servicio higiénico en el patio posterior,localizado en el primer Centro de Evangelización, Shalom de la Paz”, recuerda João.
Década de 1980
Otro dato curioso fueron los viajes a la ciudad de Uruoca (Brasil), a 214 kilómetros de la capital de Ceará, ubicada en la región norte del estado. “Fue nuestro primer viaje como obra”, recuerda João. “En aquella ciudad había muchas plagas por la sequía de los años 80. Alquilamos el autobús, llevamos profesionales de la salud para atender a las personas y alimentos para distribuir. Fue una experiencia de tocar a los sufrientes”, relata.
En Pacajus (Brasil), la primera misión de la Comunidad fuera de Fortaleza, se registra la creación de una clínica ambulatoria para la atención primaria de pacientes y posterior derivación al servicio de salud, una iniciativa de Jacqueline Matias, una de las primeras misioneras de la fundación. Todavía en la década de los años 80, apartir de los campamentos juveniles surgió la semilla de lo que se convertiría en “Volta Israel” (Vuelve Israel), un proyecto dedicado al acompañamiento y recuperación de dependientes químicos.
“Los misteriosos caminos de la Sabiduría Divina nos enviaron a servir en obras con los pobres, como fue el caso de Macapá (Brasil), fundada en 1993. Fuimos para cuidar de la “Pastoral do Menor” (pastoral menor), que atendió a 500 niños, granjas agrícolas y centros de defensa del Adolescente”, recuerda el misionero. Lo mismo sucedió en otras Misiones de Brasil como:
Aracaju, en Sergipe (1991): Abrigo para personas que viven en las calles
Senhor do Bonfim, Bahia (1994) : Trabajo con niños en situación de riesgo
Natal, en Rio Grande del Norte (1994): Trabajo con niños en situación de riesgo
También en las Misiones de Cruzeiro do Sul, en Acre (1999), Vicario General, en Río de Janeiro (1996), Itapipoca (2000), Sobral (2000) y Juazeiro do Norte (2001), en Ceará, iniciaron los servicios de Shalom para ancianos, personas que viven en las calles (sin hogar) y niños en situación vulnerable.
1994
Ronaldo Pereira, consagrado de la Comunidad de vida que falleció en 1995, cuando venía de una misión, desempeñó un papel importante en el desarrollo del servicio a los pobres en la Comunidad Shalom. João Patriolino recuerda que el joven, coordinador del Proyecto Juventud para Jesús, creó el ministerio Madre de los Dolores que se convirtió en el Proyecto Madre de los Dolores.
El proyecto comenzó a servir en el Instituto José Frota (IJF), en Fortaleza, el mayor hospital de traumatología de Ceará y ahora opera en varias Misiones, sirviendo a personas privadas de libertad, como presos y jóvenes en situaciones de vulnerabilidad social.
Un hito importante en esta línea de tiempo tuvo lugar en 1994 en el Foro Carismático de Shalom Padre Daniel Ange, fundador de la Escuela de Evangelización “Jeunesse Lumiére” en Francia 1984 y amigo de Ronaldo Pereira, fue el invitado de este encuentro formativo. Al pasar por las calles de Fortaleza y observar el innumerable número de “niños de la calle”, los religiosos hicieron una pregunta que se hizo eco en Shalom: “¿Qué están haciendo los cristianos de Fortaleza por estos niños?”.
En Navidad de ese año, Moysés Azevedo hizo un llamado formal a la Comunidad para el servicio de la caridad a los pobres a través del compartir de bienes. “La obra con los pobres no ocurrió entre nosotros porque no tenemos la sensibilidad para con ellos, todavía no hemos aprendido el sentido de compartir nuestros bienes. Cuando esto suceda, Dios va a realizar una obra con los pobres”, explicó.
1995
Al año siguiente, en el retiro de las autoridades con todos los Responsables Locales de la Comunidad, el Señor dio una profecía que fue un nuevo impulso en el servicio de la Comunidad a los pobres. “Yo soy el Shalom del Padre, nací en un pesebre. Hay muchos pesebres que necesitan ser llenados en el mundo. Entren en los pesebres y ayúdenme a nacer en otros pesebres. La obra comienza en los pesebres del mundo. ¡No tengas miedo! ¡Adelante!”, dice el Señor.
Nuevo Milenio
Habiendo quedado cada vez más claro el llamado al servicio a los más necesitados, la Comunidad pasó a estructurar sus trabajos en lo que se conoció como Promoción Humana. Muchas iniciativas estaban surgiendo de acuerdo con la necesidad de su tiempo. En el 2000, en el Jubileo de la Encarnación de la Palabra, el arzobispo de Fortaleza, Don José Antonio, pidió a Moysés que trabajara con las personas que viven en las calles “sin techo” en la capital de Ceará. El albergue Shalom, que se convirtió en “la casa de San Francisco”, fue creado el mismo año.
En el 2016, las Expediciones Misioneras comenzaron a ganar fuerza, viajes a ciudades pobres en Brasil y en Africa con el fin de ayudar a las personas espiritual y materialmente. Todo hecho con voluntarios de varios estados brasileños y otros países. En el mismo año, en una audiencia privada con el Santo Padre el Papa Francisco, Moysés presentó un proyecto comunitario para evangelizar en las periferies de la humanidad.
En el 2020, en medio de una pandemia, la Comunidad implementó el Proyecto “Shalom Amigo de los Pobres“, una obra de amparo y socorro para las personas que viven en las calles sin hogar. Se abrieron Casas de la Comunidad para guiar, acoger y alimentar a estos hermanos, los más vulnerables de esta época de urgencia internacional en la lucha contra el coronavirus.
La Comunidad ha discernido finalmente que “Shalom Amigo de los Pobres continuará en la post-pandemia. “Ampliaremos y formaremos el servicio que ya hemos prestado en Fortaleza durante 20 años en la Casa San Francisco, que ahora tendrá una nueva dirección. En este espacio tendremos lavandería, comedor-cafetería, atención psicosocial y de salud, así como trabajos de emprendimiento social con el objetivo de reinsertar a nuestros hermanos que serán bienvenidos”, dijo Jeovana Freitas, responsable de la Asesoría de Promoción Humana de la Comunidad Shalom.
Mediante los hechos y los relatos se observa la conducción de Dios que siempre ha conducido a la Comunidad al servicio de la Caridad. Teniendo en cuenta que toda evangelización es ya una acción preventiva, a las obras de Misericordia que son una señal de la presencia misericordiosa de Dios, que por amor se hizo pobre con nosotros para enriquecernos con su gracia. Como dijo San Francisco, “hemos hecho muy poco o casi nada, tenemos que empezar de nuevo”. Todavía queda mucho por hacer, pero ya se han dado los primeros pasos.
Traducción: Marjori Small
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