El Sínodo de los Obispos trajo a Roma cardenales, obispos, sacerdotes, jóvenes y laicos de todo el mundo. Venían de realidades de la Iglesia muy diferentes, pero todos están unidos para colaborar para el Sínodo, de modo que los jóvenes puedan sentirse apoyados en la búsqueda de su vocación y misión en el mundo.
El sábado 13, algunos participantes del Sínodo estuvieron en el Centro de San Lorenzo durante una vigilia de oración con elogios, testimonios y miembros del Sínodo, una iniciativa de la Comunidad Shalom en Roma para darles a los jóvenes la oportunidad de dialogar con los padres sinodales.
Mons. Peter Comensoli, arzobispo de Melbourne, respondió a las preguntas de los jóvenes y el invitado más joven del Sínodo, el Tri vietnamita, de 21 años, habló de su experiencia como participante. También estuvieron presentes miembros del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, como el Padre. Alexandre Awi Mello, secretario de D. L. F. L. y João Chagas, responsables del sector juvenil.
Los jóvenes le preguntaron al arzobispo de Melbourne sobre Australia, cómo descubrió su vocación y sobre el Papa y la Iglesia. Mons. Comensoli, con mucha sabiduría y simplicidad, explicó que la Voluntad de Dios mora en el corazón más profundo, no en las emociones. Añadió que el diálogo es esencial para enfrentar diferentes realidades de la Iglesia, es necesario poder escuchar y compartir.
Los jóvenes fueron testigos de su experiencia en el sentido de que la Iglesia puede dialogar y comprender a los jóvenes, que la diferencia de edad entre los padres sinodales y los jóvenes no les impide comprender, acoger y saber cómo dirigirlos en sus elecciones con respecto al futuro.
Durante el mes de octubre, el Centro de San Lorenzo organiza diversas actividades para apoyar el trabajo del Sínodo de los Obispos, a través de la oración, la intercesión diaria con la adoración del Santísimo Sacramento y la Misa, y conversaciones con invitados especiales que asisten al Sínodo.