El Papa Francisco, después de cruzar la multitud de jóvenes y saludar a todos desde el papamóvil, dio la bienvenida a los jóvenes y deseó una feliz JMJ a los jóvenes presentes en lo que fue el primer momento de encuentro entre ellos y el Papa, en la Ceremonia de Acogida celebrada en el Parque Eduardo VII de Lisboa este jueves 3 de agosto.
En su discurso, el Pontífice desarrolló la reflexión a partir de esta llamada de Dios: llamados, porque amados, recalcó. A los ojos de Dios somos hijos preciosos, que Él llama cada día para abrazar y alentar; para hacer de cada uno de nosotros una obra maestra única y original, cuya belleza apenas podemos vislumbrar.
Dios te llama por tu nombre
El Papa advirtió a los jóvenes sobre la dispersión, y dijo también que estén atentos y no se dejen engañar, porque muchas realidades que atraen y prometen felicidad se muestran después como lo que son: cosas vanas, superfluas, sucedáneos que dejan el vacío interior. Jesús, ¡no! Él tiene confianza en ti, tú cuentas para Él.
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“Amigo, si Dios te llama por tu nombre, significa que para él no eres un número, sino un rostro. Quiero hacerte caer en la cuenta de una cosa: muchas personas saben hoy tu nombre, pero no te llaman por tu nombre. Efectivamente, tu nombre es conocido, aparece en las redes sociales, es procesado por algoritmos que lo asocian a gustos y preferencias. Pero todo esto no cuestiona tu singularidad, sino tu utilidad para los estudios de mercado. Cuántos lobos se esconden tras sonrisas de falsa amabilidad, diciendo que saben quién eres, pero sin quererte, dando a entender que creen en ti y prometiendo que serás alguien, sólo para dejarte solo cuando ya no les eres útil.”
“En esta Jornada Mundial de la Juventud, ayudémonos mutuamente a reconocer esta realidad esencial: que estos días sean ecos vibrantes de la llamada amorosa de Dios, porque somos preciosos a sus ojos, a pesar de lo que a veces ven nuestros ojos, nublados por la negatividad y ensombrecidos por tantas distracciones. Que sean días en los que tu nombre, a través de hermanos y hermanas de muchas lenguas y naciones que lo pronuncian en amistad, resuene como una noticia única en la historia, porque único es el latido del corazón de Dios por ti. Que sean días para fijar en nuestros corazones que somos amados tal como somos. Este es el punto de partida de la JMJ, pero sobre todo de la vida”.
No somos los mejores
Dicho esto, el Santo Padre destacó que la Iglesia de Jesús es la comunidad de los llamados: no es la comunidad de los mejores, sino que todos somos pecadores, pero somos llamados como somos.
“Pensemos un momento en esto en nuestro corazón: somos llamados como somos, con los problemas que tenemos, con las limitaciones que tenemos, con nuestra alegría desbordante, con nuestro deseo de ser mejores, con nuestro deseo de triunfar. Somos llamados como somos. Piénsalo: Jesús me llama como soy, no como me gustaría ser. Somos la comunidad de hermanos y hermanas de Jesús, hijos e hijas del mismo Padre”.
“Amigos, quiero ser claro con vosotros, que sois alérgicos a las falsedades y a las palabras vacías: en la Iglesia hay lugar para todos. ¡Para todos! En la Iglesia no sobra nadie, hay lugar para todos y para todas. Y Jesús lo dijo claramente cuando llamó a los discípulos al banquete de un maestro que lo había preparado y dijo traed a todos: jóvenes y ancianos, enfermos y sanos, justos y pecadores. Todos, todos, todos. La Iglesia es lugar para todos”.
María nos ayuda siempre
Para concluir, el Santo Padre, habiendo dejado varias veces de lado el texto previamente preparado, se dirigió espontáneamente a los jóvenes, y les dirigió otra fuerte exhortación:
“Queridos jóvenes: os invito a pensar en esta cosa hermosa: que Dios nos ama, Dios nos ama como somos, no como quisiéramos ser o como la sociedad quisiera que fuéramos. ¡Como somos! Él nos llama con los defectos que tenemos, con las limitaciones que tenemos y con las ganas que tenemos de salir adelante en la vida. Dios nos llama así. Confianza, porque Dios es Padre y un Padre que nos quiere y un Padre que nos ama. Eso no es muy fácil. Y para eso tenemos una gran ayuda, la Madre del Señor. Ella también es nuestra Madre, es nuestra Madre”.
“Dios ama por sorpresa. No está programado. El amor de Dios es una sorpresa. Siempre sorprende, siempre nos mantiene alerta y sorprende”, así con el anterior cambio de discurso, el Santo Padre cerró con gran alegría y pronunció la bendición para todos. Los jóvenes del Papa se reunirán hoy (4), para la meditación del Vía Crucis.
La Juventud Shalom continúa su peregrinación por Lisboa, invadiendo los espacios donde la Comunidad Católica Shalom está presente, y por supuesto, con mucha alegría que se contagia, está en los actos centrales.
Servicio
Halleluya Lisboa
Fecha: del 01 al 04 de agosto
Lugar: Alameda Dom Alfonso Henriques, Lisboa, Portugal
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