” Un evento que recuerda la multiplicación de los panes y peces”
Ciudad del Vaticano, 07 de abril de 2014 El santo padre Francisco recibió hoy en audiencia al comité organizador de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se realizó en Brasil, delegación presidida por el cardenal Orani João Tempesta, arzobispo de Río de Janeiro. La XXVIII JMJ se realizó en Río de Janeiro del 23 al 28 de julio del año pasado, participaron directamente más de 3,5 millones de personas, el 60 por ciento con una edad entre 19 y 34 años, además de 644 obispos de los cuales 28 cardenales. Estuvieron también 6.500 periodistas de 57 países y fue seguido por las televisiones de todo el mundo. En la misa de cierre en Copacabana participaron unos tres millones de personas y uno de los momentos más tocantes fue la visita del Papa Francisco al santuario de Nuestra Señora Aparecida. Dirigiéndose a la delegación que hoy recibió en el Vaticano, el Papa recordó que en esta JMJ “fue posible que el amor de Dios tocase el corazón de millones de personas”. Y les confió que volviendo a Roma “lleno de nostalgias me di cuenta que los cariocas son unos ‘ladrones’. ¡Sí, ‘ladrones’ porque me robaron el corazón! Por ello, dijo, “aprovecho que están aquí para agradecerles ese’ robo’ y también porque así puedo ‘matar las saudades’ de Brasil. Recordó la dificultad de de organizar un evento de tales proporciones, con la impresión muchas veces que no iba a salir bien. “Es la dinámica de la multiplicación de los panes. Cuando jesús le pidió a los apóstoles que dieran de comer a la multitud ellos sabían que eso era imposible. Entretanto fueron generosos. Le dieron al Señor todo lo que tenían. Y Jesús multiplicó sus esfuerzos. ¿No fue eso lo que pasó con la Jornada Mundial de la Juventud?”. Y el Santo Padre añadió: “No sólo debemos mirar hacia atrás. Tenemos que mirar hacia el futuro, fortalecidos con la seguridad de que Dios siempre multiplica nuestros esfuerzos. Jesús nos repite constantemente: “Dadles vosotros mismos de comer”. “Así ese milagro –prosiguió Francisco– vivido en la Jornada de la Juventud se debe repetir todos los días, en cada parroquia , en cada comunidad, en el apostolado personal de cada uno!” Y recordó que “no podemos estar tranquilos sabiendo que todavía hay muchos hermanos que viven sin la fuerza, la luz y el consuelo de la amistad con Jesucristo, sin una comunidad de fe que los acoja , sin un horizonte de sentido y de vida. Por lo tanto es necesario repensar esas tres ideas que, de alguna manera resumen todo el mensaje de la Jornada Mundial de la Juventud : ir, sin miedo, para servir. Tenemos que ser una “Iglesia en salida” como discípulos misioneros que no tienen miedo de las dificultades, porque hemos visto que el Señor multiplica nuestros esfuerzos y por eso siempre estamos más motivados para servir, dándonos sin reservas, llenos de la alegría del Evangelio”. Al concluir les recordó la figura del beato José de Achieta, apóstol de Brasil, recién declarado santo y se despidió pidiendo: ‘Nunca dejen de rezar por mi. Y concluyó con un: ‘¡Muito obrigado!’. Fuente: Zenit