El verano ideal - Comunidad Católica Shalom

Para mí, mi verano ideal cuenta con tres elementos que por ningún motivo pueden faltar: amistades, relax y fiesta. Estas tres dimensiones las viví en el verano pasado, tiempo en el que participé al Acamps Summer Festival, un evento organizado por la Comunidad Católica Shalom, en las costas del lago Balaton, cerca de Budapest.

Una de las cosas que se perciben más fuerte en este evento es la amistad. El sentirse a casa, de poder ser sí mismo. Aquí, en esa ocasión todos somos una familia; diferencias y defectos no existen. Pude conocer personas de diversas partes del mundo. Los testimonios de ellas, las diferencias culturales así como también los momentos de formación y lode que se desarrollaban durante la mañana fueron enormes fuentes de enriquecimiento personal, de renovación de la fe y de crecimiento interior.

Después del almuerzo nos relajábamos cerca de las orillas del lago, nadábamos y luego participábamos a las actividades organizadas: torneos de fútbol, beach volley, etc.; mas las más entretenidas fueron seguramente el fútbol enjabonado y el bubble football.

Por la tarde, había siempre momentos especiales. Después de cena todos íbamos a prepararnos y cuando era el momento el palco explotaba de música, de colores; todos cantaban y bailaban desencadenados. Hubieron muchas fiestas: la neon party, la color party y en el palco se presentaron Bandas y DJ de todo el mundo.

Las jornadas no terminaban nunca, concluidos conciertos y fiestas, cuando todo se calmaba, se estaba aún a hablar afuera de las carpas; nos presentábamos, compartíamos experiencias de vida e historias de los propios países, algunos cantaban y bailaban aún, otros tomaban baños nocturnos en el lago, otros dormían; pero entre el rumor calmo del lago y esa paz todos en algún modo habíamos cambiado, nos sentíamos distintos; teníamos más amor en el corazón y nos sentíamos amados.

También dormir en carpa fue toda una aventura. Antes de dormir teníamos que desinfectar ya que estaba llena de insectos. Una noche incluso se desató un violento temporal, aquellos que tenían tiendas pequeñas se vieron obligados a moverlas, incluso uno de nuestro grupo escapó en el hotel por miedo. Por la mañana era agradable despertarse con el sonido de los instrumentos que probaban.

Ya de regreso a casa, en el avión, pensaba a la semana vivida. Me percaté que algo en mi vida cambió, yo había cambiado. Pude experimentar, de primera mano, que el Acamps no se describe, mas se siente. De verdad.

Alessandro Moscatelli, Switzerland

Traducción: Manuel Quezada

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