Familia en misión: ve el testimonio de la joven Gabrielle Gomes, que es la cuarta hija de una familia con diez hijos. Ellos dejaron su ciudad y partieron en misión!
“Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades.” ( Papa Francisco)
Me llamo Gabrielle, tengo 17 años, soy de la ciudad de Brasilia-BR y vivo una vida afuera de lo común. para algunos, algo inimaginable, para otros locura, pero para mi una felicidad.
Mis padres son consagrados de la Comunidad Shalom como comunidad de Alianza, mis dos hermanas más grandes son de la Comunidad de vida, yo soy postulante de la comunidad de alianza y mis otros siete hermanos participan con nosotros de las actividades y compromisos de Shalom. Si, somos muchos! Además de eso no les dije que tengo un hermano en el cielo.
Fuimos llamados por Dios para dejar todo y partir para una nueva tierra, desconocida para nosotros y allá amar a Dios por medio de aquellos que allí encontramos.
Fue en este tiempo que percibí el tamaño del amor de Dios por mi familia y por mi, y el tamaño del amor que mis padres tienen por Dios. Amor que los hizo dejar sus padres ancianos, su trabajo, casa, hermanos de comunidad, amigos, miedos, inseguridad y lanzarse en la novedad de confiar todo a Aquél que nos conoce más que a nadie, arriesgándose para amar.
Todo este movimiento, me causo una madurez que aun no puedo explicar de otro modo sino diciendo que fue la misión. Madurez que me hizo ver que existen personas que esperan por mi, por mi si. Hay realidades y corazones que Dios elige tocar por medio de mi vida, el corazón misericordioso de Dios tiene prisa de presentarse a los pobres y pequeños que no lo conocen e yo aun con mi poca edad, puedo hacer algo, puedo ayudar, puedo dar una respuesta de amor, puedo salir de mi vida cómoda, aun sin tener muchos conocimientos, dones o lo que sea.
“Pero Gabrielle, todo eso no es por su crianza.” No es! El contexto al cual estoy insertada puede ayudar, pero no determina nada. El diferencial es la ofrenda total de la vida.
Padres, no tengan miedo de lo que puede pasar o de lo que podrá ser generado en el corazón de sus hijos. Hijos, no tengan miedo de nadar contracorriente salir del sofa y aventurarse en nada tener para todo donar.
Dios nos llama, la iglesia necesita y la humanidad nos espera. Nos lancemos en las manos bondadosas del Padre sin medir ni calcular.
Shalom!
Gabrielle Gomes Almeida
Traducido al español por: Aline Pedro