Al altar de la familia podemos agregar ya la imagen de los papás de santa Teresita del Niño Jesús: Celia y Luis Martín. También a Vicente Grossi y María de la Inmaculada. De los cuatro santos nuevos los más conocidos son el matrimonio Martín por la devoción mundial a la hija, que es doctora de la Iglesia y patrona de la misiones con el jesuita Francisco Javier.
El 18 de octubre del 2015, en la Plaza del santuario de san Pedro, Francisco presidió la eucaristía y el rito de canonizaciones, en plena asamblea de obispos en el Vaticano, por el sínodo sobre la vocación y misión de la familia en la Iglesia y el mundo contemporáneo.
El hecho de que Celia y Luis Martín sean canonizados juntos por un solo milagro con la intercesión de los dos; que los dos sean representados en la misma estampa y que un mismo relicario contenga las reliquias de los dos esposos unidos también en el cielo, nos habla de una amor más grande y largo. Sí, el amor de Dios es la fuente de todos los amores, sostiene y nutre los amores humanos y los hace transcenderse en la vocación y misión de la familia muchísimo más allá de aquella fórmula tan terrena: “hasta que la muerte los separe”. Ciertamente el amor que construye un hogar si está anclado en Dios Amor, es mucho más que todas las cosas terrenas y temporales, es infinito y eterno como Dios mismo. Y como imagen viva de Dios amor, la familia se puede prometer transformar el mundo entero en hogar común y la humanidad toda en una gran familia con Dios.
(from Vatican Radio)