Todos los años, a mediados de noviembre, Las calles de muchas ciudades son transformadas por la enorme cantidad de luces, brillos y decoraciones navideñas que invaden las tiendas, casas, centros comerciales, edificios, restaurantes y otros edificios.
Y mientras las ciudades ganan tantos brillos exteriores, el sentimiento que invade una buena parte de las personas es otro: existe un cierto aire de tristeza, melancolía y oscuridad en muchos corazones. Se trata de un índice tan alto, que esta situación genera una pregunta: ¿Por qué será que en una época tan feliz, en la que Dios vino a visitar a la humanidad, cumpliendo Su promesa de salvación para el mundo, tantas personas se entristecen?
Por supuesto, existen casos particulares en los que la pérdida de un pariente amado, enfermedades o algún otro problema pueden interferir en el modo con el que una persona celebra la Navidad, sin embargo, lo que más se ve hoy en día es una falta de sentido respecto al significado de esta fecha, que se trata esencialmente de la natividad de Jesucristo, el Salvador del mundo, pero que es recordada mucho más por el valor comercial que posee, por la “llegada” de Papá Noel o hasta por los banquetes que serán servidos en la noche de la víspera del 25 de diciembre.
Hace muchos años, debutaba en los cines una película que pasaba en la época de la Navidad, en la que el personaje principal, Kevin, era accidentalmente olvidado por su familia en casa, mientras todos viajaban para pasar las vacaciones de fin de año fuera de la ciudad. Desgraciadamente, en los días actuales, esta viene siendo la realidad acerca del Niño Jesús en la Navidad, literalmente, Él puede decir: “Se olvidaron de mí”.
La película antes mencionada tuvo un final feliz, a pesar de que el chico había pasado por muchos peligros solo en casa. Y en esta Navidad también podremos dar el debido lugar a Jesús en nuestros corazones, pues Dios, en su infinita misericordia, nos concede la gracia de vivir un nuevo año litúrgico, iniciado en este Adviento, que nos prepara para celebrar bien la venida de Jesucristo al mundo, la verdadera luz que necesita brillar dentro y fuera de nosotros.
Ver también la celebración de la Navidad en la familia: un lugar para nacer
Para ayudarnos en este sentido, sigue el itinerario para una pequeña celebración que se realizará antes de la cena de Navidad:
Celebración de Navidad en familia: Cristo es nuestra luz!
Requisitos:
1 – Nacimiento;
2 – Velas adecuadas (según la cantidad de participantes);
3 – Manual de la celebración impreso para ser distribuido a los participantes;
4 – Biblia para el lector (las páginas de las lecturas deben ser marcadas previamente);
5 – Guitarra (si hay un participante que sabe tocar).
Se recomienda, si es posible, que la celebración comience desde el exterior de la casa, en el jardín o en el balcón, donde las luces deben estar apagadas.
BIENVENIDOS
Guía: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Guía: Buenas noches! Estamos reunidos hoy con gran alegría para celebrar la venida de nuestro Salvador al mundo, Jesucristo, la luz verdadera que debe brillar en nuestros corazones. Para ello, clamamos al Espíritu Santo sobre nosotros:
El Guía debe llamar al Espíritu Santo de manera espontánea, con una canción o el Espíritu a través de la oración:
“Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu y todo será creado y renovará la faz de la tierra. Oremos: Oh Dios que has iluminado los corazones de tus fieles, con la luz del Espíritu Santo, haznos gustar rectamente todas las cosas según el mismo Espíritu y gozar para siempre de su consuelo. Por Cristo nuestro Señor. Amén”.
REFLEXIÓN
Después del clamor al Espíritu, mientras el dirigente habla acerca de las velas apagadas, las mismas deberán ser distribuidas entre los participantes.
Guía: Estas velas representan nuestras vidas sin Jesucristo, sin la verdadera luz que ilumina nuestra oscuridad, sacándonos de la oscuridad. Sin Él no podemos ver, no podemos caminar sin correr el riesgo de perdernos. La Palabra de Dios nos habla acerca de un pueblo que andaba en las tinieblas y que también vio una luz:
Lector: La lectura del libro profeta Isaías: “El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz: sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz.” (Is 9: 1).
El guía debe invitar a los participantes a reflexionar por un instante, en silencio, acerca de sus vidas, de cómo vivieron durante todo el año 2018, si en las tinieblas o en la luz. A continuación, debe invitar a los participantes a repetir esta pequeña oración:
Todos: Señor Jesús, de pie ante el misterio de Tu Encarnación, como nuestro corazón, muchas veces lleno de oscuridad, a causa del pecado. Te alabamos, pues Tú eres la Luz verdadera que brilla y nos conduce por las sendas de la Paz. Te pedimos que Tú ilumines nuestras oscuridad, a través de tu Beatísima Luz, que escruta nuestro interior y nos revela lo que en nosotros necesita ser alcanzado y transformado por tu gracia, amén!
ENTRADA DE LA IMAGEN DEL NIÑO JESÚS
Después de la oración, el guía invita a los participantes a prepararse para recibir la imagen del Niño Jesús, cantando “Noche Feliz”, mientras que un participante debe entrar con una vela ya encendida y otro participante con la imagen del Niño Jesús (si es posible , un niño).
Noche Feliz (Padre John Mohr)
Noche Feliz, Noche Feliz, / Oh Señor, Dios de amor, / pobre nació en Belén.
En la gruta Jesús, nuestro bien. / Duerme en paz, oh Jesús. / Duerme en paz, oh Jesús.
¡Noche de paz! ¡Noche de amor!
Todo duerme alrededor, / entre los astros que esparce la luz, / indicando al Niño Jesús.
Brilla la estrella de la paz.
¡Noche de paz! ¡Noche de amor!
En las llanuras a los pastores / bellos ángeles enviados por Dios, / anuncian la nueva del cielo,
nace el buen Salvador!
El guía debe invitar a los participantes a dirigirse, aún cantando, al lugar donde el pesebre estará montado y bien iluminado. El guía y los participantes que portan la vela encendida y la imagen de Jesús deben ir por delante.
Al llegar ante el pesebre, la imagen del Niño Jesús debe ser depositada en el pesebre y el participante con la vela encendida debe comunicar su llama a las velas de los otros participantes. Todos continúan cantando mientras las velas son encendidas.
Cuando todas las velas están encendidas, el guía debe conducir un pequeño momento de contemplación de la imagen del Niño Jesús, que es luz para nuestra vida, mientras un participante hace una breve lectura:
Lector: Lectura del Evangelio de Lucas: “Entonces Zacarías, su padre, quedó lleno del Espíritu Santo y dijo proféticamente: «Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su Pueblo, y nos ha dado un poderoso Salvador en la casa de David, su servidor, como lo había anunciado mucho tiempo antes, por boca de sus santos profetas, para salvarnos de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odian. Así tuvo misericordia de nuestros padres y se acordó de su santa Alianza, del juramento que hizo a nuestro padre Abraham de concedernos que, libres de temor, arrancados de las manos de nuestros enemigos, lo sirvamos en santidad y justicia, bajo su mirada, durante toda nuestra vida. (…) gracias a la misericordiosa ternura de nuestro Dios, que nos traerá del cielo la visita del Sol naciente. (Lc 1, 67-75.78).
ORACIONES
Guía: Hagamos en este momento nuestras peticiones a Dios, nosotros que acaban de entronizar al niño Jesús en su pesebre, oremos para que también reine en nuestros corazones.
Lector: Señor Jesús, te pedimos que las luces exteriores de este tiempo no lleguen a eclipsar tu presencia en nuestros corazones, Tú que eres el verdadero brillo de la Navidad. Llena nuestras vidas con tu alegría y con tu amor, generando en nosotros una verdadera conversión.
Todos: Altísimo, glorioso Dios, ven a iluminar las tinieblas de mi corazón.
Lector: Señor Jesús, te pedimos en este momento por nuestras familias. Que tu Luz brille en medio de nuestras relaciones y que, por la gracia de tu encarnación, que todas las enemistades, indiferencias y peleas cesen, abriendo espacio para que el perdón, la caridad y la fraternidad generen sólidos vínculos de comunión, amor y paz .
Todos: Altísimo, glorioso Dios, ven a iluminar las tinieblas de mi corazón.
Lector: Señor Jesús, te pedimos por todos los hombres que están en la oscuridad y sin sentido de la vida, por no conocerte. Socorre a cada uno de estos que están perdidos en las drogas, violencia, desunión, criminalidad, enfermedades, falsas mentalidades y corrupción, ayudándoles a encontrar Tu Luz en esta Navidad.
Todos: Altísimo, glorioso Dios, ven a iluminar las tinieblas de mi corazón.
Lector: Señor Jesús, te pedimos por toda la Iglesia en esta noche. Bendice la vida del Papa Francisco y de todas las diócesis, comunidades y fieles del mundo entero. Concede la gracia de, como Iglesia, ser luz para este mundo.
Todos: Altísimo, glorioso Dios, ven a iluminar las tinieblas de mi corazón.
Guía: Oremos con confianza la oración del Padre Nuestro, escuchando nuestro clamor de hijos necesitados puedas responder a nuestras oraciones.
Todos: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, y no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal. Amén.
ORACIÓN FINAL
Guía: Señor, Dios nuestro, iluminados por la luz que emana de tu Hijo y guiados por tu Espíritu de Amor, concédenos la gracia de permanecer en esta misma luz todos los días de nuestras vidas, de manera que nunca nos perdamos en el camino de verdadera paz, por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina por siempre.
Todos: Amén.
Guía: Que el Señor nos bendiga, nos guarde y libre de todo mal, Amén! (Mientras el guía recita estas palabras, todos se hacen la señal de la cruz).
Guía: Yo deseo a todos una feliz Navidad! Podemos confraternizar, cantando *:
Es Navidad (Comunidad Shalom)
¡Es Navidad! / Un niño fue dado a nosotros / y nos fue revelado / el plan de amor del Padre.
Es Navidad! / Y Jesús se hace niño / y en nosotros nace la esperanza / de reaprender a amar.
Es Jesús, el Príncipe de la Paz / Señal para los perdidos / Astro que brilla más.
Es Jesús, mano fuerte del Señor / Consuelo y ternura / Del Padre mirada de amor.
* Si esta canción no es conocida por los participantes o no hay quien toque la guitarra, el guía puede reproducirla en CD o a través de los servicios de streaming digital por Internet (Spotify o Deezer), mientras los participantes confraternizan.
¡Feliz navidad! ¡Que la Luz de Cristo brille en cada corazón!
Traducido de :