Jeannette Soto Fuentes (60), ha dedicado más de un tercio de su vida a los trabajadores. Comenzó siendo la presidenta de los trabajadores de SENCE en 1989. Hoy es vicepresidenta de la ANEF y además secretaria de género de la Confederación Latinoamérica y del Caribe de los Trabajadores Estatales (CLATE).
¿Cómo fueron sus inicios en el mundo sindical?
Para mi ser dirigente era algo muy lejano que veía cuando empecé a trabajar. Mi padre fue dirigente textil junto con Manuel Bustos, entonces siempre vi a mi papá jugársela por los trabajadores y yo no entendía muy bien cómo funcionaba la cosa. Después cuando pasó el tiempo y yo entré a trabajar, me fui interiorizando mucho más y le fui agarrando el encanto a esto de luchar por los trabajadores en el Servicio Nacional de Capacitación y Empelo (SENCE). Fui la presidenta de los funcionarios durante 12 años desde la vuelta a la democracia. Posteriormente tuve contacto con gente del mundo sindical y como me vieron como una dirigente emergente, me dieron el espacio para ser parte de la ANEF. Desde ahí que he estado aquí y siempre he logrado altas votaciones. También trabajé en la CUT como vicepresidenta de la mujer.
Cuéntenos de su lado más personal, ¿Cómo es su familia, y cómo lo hace para distribuir tu tiempo y poder disfrutar de sus seres queridos?
Estuve casada mucho tiempo. Los cargos que he tenido me quitan mucho tiempo, esto afectó mi matrimonio y me divorcié. Tengo dos hijos grandes que ya están casados y tengo 4 nietos. Una carencia que llevo en mí día a día, es el no poder estar con mi familia todo el tiempo que me gustaría, pero la verdad es que los disfruto lo más que puedo. Mis hijos, cuando eran adolecentes, más de alguna vez me sacaban en cara por qué le dedicaba tanto tiempo a esto en vez de estar juntos. Ahora ya no. Me entienden más y saben que soy feliz haciendo lo que hago.
¿Cómo se dio la visita al Papa Francisco y cuáles fueron los motivos?
Dentro de la ANEF yo he ocupado varias veces el cargo de encargada de relaciones internacionales, he estado en Ginebra, en México, en Cuba, entre otros lados más, y en la última elección de la Confederación Latinoamérica y del Caribe de los Trabajadores Estatales (CLATE) fui escogida miembro del comité ejecutivo. Producto de esto la directiva de la CLATE pensó que era conveniente que teniendo un Papa latinoamericano, era necesario que como trabajadores fuéramos a conversar con él no solamente para saludarlo, sino que para hacerle ver los problemas que existen en el mundo sindical. En la delegación éramos 8 personas de varios países, México, Brasil, Argentina, Uruguay, Colombia y Chile.
Durante el encuentro, ¿estaba ansiosa, nerviosa, expectante?
Estuvimos allá alrededor de una semana. En los días anteriores a la visita con el sumo pontífice, fuimos recibidos por gente del Vaticano, entre ellos un colaborador cercano al Papa. Él nos informó sobre qué se estaba haciendo y fue para mí realmente admirable lo organizado y preocupados que están de las personas.
¿Cómo fue el Papa?
El encuentro con el fue muy cortito. La verdad es que como nosotros hicimos reuniones previas con su equipo asesor, a ellos les explicamos todo. Luego nos pusieron en primera línea cuando el Papa sale afuera, el pasó, nos saludó y tuvo un pequeño dialogo con cada persona. El diálogo fue muy ameno, al saludarlo me presenté, le conté que venía de Chile y yo le pedí que realmente viniera para acá porque el pueblo chileno estaría muy feliz de tenerlo en nuestro país y él me dijo que sí, que iba a venir. La verdad es que yo salí como si estuviera en las nubes, fue una sensación demasiado emocionante que jamás había vivido. Después se me cayeron algunas lágrimas debido a la tremenda emoción que había sentido.
¿Qué es lo que más rescatas de esta visita?
Lo que más rescato es que el Papa es la humildad y el tiempo que se dio para nosotros. Cada día está llegando más a la gente, hace muchos años que no teníamos un Papa que realmente se acercara, que realmente estuviera presente en los temas contingentes del mundo. Antes lo teníamos muy lejano y hoy es totalmente distinto.
¿Qué recuerdos te trajo esta visita?
Me recordó a Monseñor Baeza, él era uno más de los nuestros aquí en la ANEF. Él vivía junto a nosotros y para los trabajadores. Se hacía el tiempo pero siempre estaba presente. Para mí el realmente fue excepcional. La visita y el contacto que tuve con el Papa me recordaron mucho a él.