El concepto de vocación se presta a diversas interpretaciones y por tanto puede provocar confusión. Podemos usar la palabra vocación de diferentes maneras, en diversos niveles. Existen, por ejemplo, escuelas “vocacionales”; se dice que alguien tiene “mucha vocación” para algún oficio o profesión; si un muchacho se sale del seminario “es que no tenía vocación”. Y también hablamos de “vocación matrimonial o religiosa”. ¿De qué estamos hablando?
En realidad, la palabra vocación proviene del latín: vocare, que significa llamado. Sentir una vocación equivale a decir que alguien me está llamando. De otra manera no tiene sentido.
Fuente: catholic.net