La Comunidad Católica Shalom celebró en Ogíjares del 4 al 6 de noviembre el retiro para jóvenes “Todo en mi vida cambió”, una iniciativa con la que los jóvenes pudieron tener una experiencia personal con Cristo Resucitado que pasó por la cruz entre momentos de oración y diversión.
La juventud Shalom de Granada se congregó en la casa de las religiosas dominicas en Ogíjares para celebrar el retiro “Todo en mi vida cambió”, una experiencia carismática en la que los jóvenes pudieron tener un encuentro personal con Cristo a lo largo de tres días de alegría y convivencia en los que pudieron disfrutar de momentos de diversión con música, danza, yincanas y juegos, además de charlas, momentos de oración, adoración y la celebración de la eucaristía que fue presidida por el Vicario General, D. Francisco Espigares Flores, el sábado y el domingo por el Delegado de Pastoral Universitaria, D. José Antonio Villena.
Las charlas y oraciones siguieron un itinerario kerigmático de conocimiento del amor de Dios y de crecimiento en los dones del Espíritu teniendo como temáticas: el amor de Dios, pecado y salvación, el Señorío de Cristo, la promesa del Padre y en la parte final, la recepción de dones y carismas con la Efusión del Espíritu.
“Me siento transformada después de este encuentro, espero tener muchas más experiencias como ésta porque ha sido impresionante. Me encantaron los juegos, los momentos de oración y especialmente la convivencia con otros jóvenes”, afirmó Yeimy Gil, de 16 años. Al encuentro asistieron también jóvenes de otros países como Marzena Wójcicka, una joven polaca de 25 años que se encuentra haciendo experiencia como misionera en la Comunidad Shalom de Granada: “Me impresionó mucho la alegría con la que vivimos esta experiencia, es muy importante para mi haber tenido tiempo para rezar y estar con Dios y a la vez divertirme. Para mí lo mejor de este retiro ha sido la celebración de la eucaristía y las oraciones, gracias a ello me he encontrado con el Señor”, destacó Marzena.
Otros jóvenes de la Obra Shalom, habiendo vivido ya su experiencia con Cristo, quisieron participar del encuentro desde el servicio para que otros jóvenes pudieran acercarse y experimentar del amor de Dios. Éste fue el caso de Rubén Sánchez, joven granadino que sirvió desde el ministerio de intercesión y oración: “servir en el ministerio de intercesión me ha ayudado mucho a recuperar mi confianza en Dios y a recordar la importancia de mi amistad e intimidad con él”, resaltó Rubén.