“A todos recuerdo la importancia de la Palabra de Dios en nuestra vida. La lectura orante de la Palabra de Dios es un complemento indispensable para una vida de oración en espíritu y en verdad. Si somos negligentes en nuestra relación con la Palabra corre el riesgo de una relación con Dios no fundamentada en la verdad de Cristo y por eso totalmente ajena al espíritu de nuestra vocación. Al mismo tiempo, una cierta tibieza en nuestra relación con la Palabra puede comprometer todo nuestro camino de transfiguración en Cristo, indispensable para la vía de santidad a la que estamos llamados.
El rumiar la Palabra de Dios nos sumerge en la verdad y en la caridad. Verdad que como una espada penetra en las profundidades de nuestro ser, juzgando las intenciones y los pensamientos del corazón. Verdad a cuya mirada nada escapa, desnudando todo. Caridad que, ante la verdad revelada, no produce condenación sino que se transforma en remedio para el alma. Caridad que es consuelo con la dulzura de la revelación del amor de Dios, lleno de ternura y misericordia.
Con sencillez y reverencia, hermanos, empeñamos en cultivar nuestro encuentro con Cristo en su Palabra. Él adiestrará nuestro oído para saber distinguir Su voz. Él nos poseerá de tal manera que será casi imposible no comunicarlo a los demás, haciéndonos cada vez más siervos de la Palabra por la vivencia y anuncio del Evangelio.” (Carta a la Comunidad – Moysés Azevedo).
Estas son las palabras del Moderador General a los miembros de la Comunidad. Podemos percibir la gran importancia que la Palabra de Dios tiene en nuestra vida y en la vida de la vocación Shalom. Tenemos una relación de amor y escucha de la palabra, nos dedicamos diariamente en el tiempo de una hora para meditar la Palabra de Dios. Encontramos en ella la voz de Dios, encontramos la verdad, encontramos la radicalidad, encontramos la voluntad de Dios. Cada día somos renovados, amados, sostenidos, transformados, pues sólo en Cristo Palabra Viva y eterna del Padre tenemos palabras de vida eterna, tenemos fuerza para dar nuestra vida en justicia y santidad todos los días de nuestra vida como nos pide nuestra vocación. Quería invitar a todos aquellos que traen el germen de esa vocación a relacionarse con esa Palabra santa de Dios.
Pido a Dios para que amemos su palabra y nos dediquemos diariamente su escucha por medio de ella.
Gleidson Bezerra
Traducción: Marjori Small