Justo después de ser voluntarios en la JMJ 2019, nosotros, los primeros misioneros de la Comunidad Shalom en Centroamérica, nos sentimos muy bendecidos y emocionados por comenzar una nueva misión en Panamá: el istmo que une a las Américas tiene una sala para la vocación Shalom.
La vocación Shalom es algo inusual para los jóvenes de aquí, nunca habían visto misioneros jóvenes que consagraran sus vidas a la Iglesia. Esto les llama la atención y muchos de ellos se sienten muy atraídos a seguir este camino.
La fe tiene una cara muy alegre y acogedora en Panamá, la mayoría de su población es católica y aquellos que no son católicos están muy abiertos a escuchar y hablar sobre el mensaje evangélico de Cristo.
Desde el principio nos sentimos amados y bienvenidos en esta tierra. La simplicidad y la generosidad de pobres y ricos nos han tocado desde el inicio, lo que nos llamó a ser enviados para evangelizar y servir siguiendo el estilo propio del carisma Shalom.
Shalom es una profecía y una respuesta a la vida de muchos en Panamá. No sabemos cómo y cuándo comenzaremos con los grupos de oración ni en qué momento abriremos el centro de evangelización, pero esperamos que sea muy pronto.
Sin embargo, incluso con todo ese trabajo por hacer, seguimos ocupándonos del comunicar la plenitud de la paz, con la alegría de nuestra vida cotidiana a los jóvenes y a las personas con las que ya estamos en contacto. Inspirados por Santa Teresa de Lisieux, esperamos en la providencia de Dios sabiendo que “solo tengo el hoy para amarte, Jesús”.
Para saber más acerca de la Comunidad Shalom en Panamá, puede seguirnos en Instagram: shalompanama
Bárbara Melo
Traducción: Javier Kovacs