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Mi amigo, Jorge Mario Bergoglio

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Echa un vistazo a la historia de Sebastián García Alaniz, de 27 años, sobre su amistad con su obispo y amigo Jorge Mario Bergoglio, que se convirtió en el Papa Francisco.


“¡Nos vemos a la vuelta!” Esa fue lo último que el joven argentino Sebastián García Alaniz le dijo al obispo Jorge Mario Bergoglio en marzo de 2013, antes de su partida a Roma para participar del cónclave que elegiría al Sumo Pontífice de la Iglesia Católica. El obispo no volvería más.

La relación con el arzobispo de Buenos Aires, a quien Sebastián llamaba sólo “Jorge”, por pedido del mismo cardenal, fue más allá del plano pastoral: “Yo lo considero como más que un amigo, es parte de mi Familia.” Quizá por esta razón, el propio Francisco hizu una llamada telefónica a Sebastián después de haber sido elegido. Quería hablar con el joven con quien en muchas ocasiones compartió conversaciones, y claro, quería pedirle que orara por la misión que acababa de asumir.

Ahora Sebastian tiene 27 años, está casado con Vanesa y es padre de un hermoso bebé llamado Francisco. El responsable de los jóvenes de Acción Católica de la arquidiócesis de Buenos Aires nos cuenta de su amistad, respeto y cariño que siente por el Santo Padre y la emoción de participar de la JMJ 2013.

Fabíola Goulart: ¿Cómo era el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio cuando vivía en Buenos Aires? 

Sebastián García Alaniz: Cuando vivía en Buenos Aires, el cardenal Jorge Mario era una persona muy cercana con la gente. Preocupado por la realidad social. Siempre en contacto y caminando junto al pueblo. Una persona muy humilde como cuentan distintas historias de su biografía, tomaba el bus o el metro cuando era necesario. Recuerdo con mucho cariño su cercanía. Cuando lo invitábamos a una parroquia a dar una charla con jóvenes siempre estaba dispuesto teniendo en cuenta todas sus responsabilidades en aquel momento. Él se tomaba un tiempo para estar cerca de cualquier joven.

Siempre motivando y acompañando a los jóvenes. Frases como: “Salgan.” “No se queden encerrados.” “Hagan lío.” entre otras. Ya en ese entonces las tenía incorporadas. Era un Obispo que con sus acciones llamaba la atención de cualquier joven: en mi caso fue una de las personas que me hizo enamorar de la Iglesia diocesana.

Dinos cómo conociste a Bergoglio de manera personal. ¿Cómo era tu relación con él? 

Tuve la oportunidad de conocer en profundidad al Cadenal Bergoglio gracias a un trabajo para la Facultad. Le realicé una entrevista periodística donde hablamos de la realidad social y política del país en aquel momento (año 2007). Lo había conocido anteriormente por distintas tareas pastorales pero a partir de la entrevista fue donde pude hablarle en confianza en el Arzobispado de Buenos Aires y conocer su lugar de trabajo. Recuerdo que llamé al Arzobispado para solicitar la entrevista, me atendió la secretaría del arzobispado y me comunicaron que se iban a poner en contacto para agendar. Pensé que la secretaría me iba llamar luego.  A los días siguientes el mismo Cardenal Bergoglio me llamó para organizar el encuentro. En ese momento me di cuenta de la especial cercanía con la cual se manejaba. A partir de entonces entablamos una amistad, ya no simplemente como conocidos de la iglesia, sino más cercanos donde nos encontrábamos a charlar de nuestras vidas dentro de la iglesia de Buenos Aires. Entablamos una relación muy cercana…nos encontrábamos seguido para charlar, tomar mate (bebida Autóctona de Argentina, Uruguay y Paraguay) y además para coordinar tareas pastorales con los jóvenes en distintas parroquias. Esta relación de cercanía la tenía con muchos jóvenes y personas de la Arquidiócesis.

¿Cuál fue tu reacción cuando supiste que él había sido elegido Papa?

Para analizar mi reacción en ese momento tengo que ir unos días atrás. Siempre a principio de año nos encontrábamos en el Arzobispado para organizar la agenda entre Enero y Febrero. En ese verano argentino del 2013 hablamos por teléfono en febrero para coordinar un encuentro. Lo recuerdo muy bien. A los pocos días todos nos enterábamos de la renuncia del Papa Benedicto XVI. Al día siguiente me llamó, hablamos un poco y con toda su humildad que lo caracteriza me dice: Sebastián vamos a tener que posponer la reunión porque viajo al Cónclave en Roma. A lo que le respondí: Obvio Jorge, no hay problema, gracias por llamarme. ¡Nos vemos a la vuelta! Rezo por vos. A lo que me respondió: Si, por favor, que lo necesito.

Fueron días de mucha incertidumbre. Recuerdo que estaba en el trabajo cuando empezó la “fumata bianca” cortamos todo lo que estábamos haciendo y vimos todos la transmisión. Cuando vi salir al Cardenal francés Jean Louis- Tauran y dijo el nombre al principio no entendía. Cuando lo vi salir al balcón de San Pedro no lo podía creer. Fue algo que quedará marcado para toda mi vida. Un Obispo amigo transformado por el Espíritu Santo en Papá de todos. Sentí mucha emoción, fundamentalmente porque los días previos habíamos hablado. Fue algo impresionante. Una reacción de mucha alegría para todos. Recuerdo que convocamos a todos los jóvenes y nos movilizamos a festejar en la puerta de la Catedral de Buenos Aires. Fue un regalo de Dios muy grande para todos.

¿Es verdad que él te llamó algunos días después de haber sido elegido? ¿De qué hablaron?

Luego de días de mucha emoción, junto a la JAC de Buenos Aires (Juventud de Acción Católica) organizamos distintos eventos entorno a esta alegría de tener a un Papa que fue de nuestra Arquidiócesis. Recuerdo que nos tocó sacar adelante una vigilia con transmisión en directo a Roma con la Misa de Asunción. Fue muy emocionante porque llamó a Buenos Aires y lo pudimos conectar con la gente que estaba en la catedral y en los alrededores (eran cientos de personas). Fue algo hermoso.

Por ese entonces muchos obispos y sacerdotes argentinos viajaron a visitarlo. En ese momento le envié una carta y la respuesta fue un llamada personal. Cuando me llamó no lo podía creer, fue una charla muy cercana y simpática como siempre. Bromeamos sobre vernos en Río y le dije que rezaba por él. Sentí mucha emoción. Tuvo este mismo gesto con muchas personas.

¿Se encontraron en Río, durante la JMJ 2013?

La JMJ en Río fue otro regalo de Dios. La inmensidad de la iglesia joven. Una jornada sin precedentes, donde conocí personas, historias y lugares hermosos. No tuve la oportunidad de verlo de manera personal pero lo pude saludar entre tantos otros. Recomiendo a todo joven poder vivir esta experiencia difícil de explicar en simples palabras. Hay que vivirlo. Río 2013 marcó un antes y un después en la iglesia joven latinoamericana. Sentís muy fuerte la presencia de Jesús y María mediante la experiencia de jóvenes de todo el mundo.

¿Se puede decir que eres amigo del Papa Francisco? ¿Cómo describirías el cariño que sientes por él?

Yo lo considero más que un amigo, es parte de mi familia. Acá hizo muchos amigos por su cercanía. Es exactamente lo mismo que está haciendo ahora como Papa. Obviamente con una gracia de Dios muy especial. Tuve la oportunidad de estar con él en Roma. Es impresionante cómo el Espíritu Santo lo transformó de Cardenal Bergoglio a Papa Francisco. Doy gracias a Dios por ser testigo de eso. Se multiplicaron sus dones para la humanidad y eso sin dudas es un regalo de Dios muy grande. Vivimos un tiempo importante para la Iglesia; como jóvenes tenemos que rezar mucho por él.  Lo quiero mucho, es un amor impresionante. En 2014 me casé y en el 2015 nació nuestro primer hijo al cual lo llamamos Francisco por este amor que tenemos como jóvenes de Iglesia hacia el Papa.

¿Cómo presentarías al Papa a los jóvenes que aún no lo conocen? 

El Papa Francisco es una persona muy cercana. Si no lo conoces mucho, búscalo. Tiene muchos ejemplos de vida que te ayudan a crecer mucho. No para de tener gestos de cercanía y humildad con el otro. Aprovecha como joven este año de la Misericordia para imitar el ejemplo del Papa y ser cercano con tus amigos, familias, etc.  No lo veas lejano a Francisco. Está más cerca de lo que pensás. Rezá mucho por él, como lo pidió siempre.

Fuente: krakow2016.com


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