“¿Modi ki bu txoma?”, ¡Ven conmigo a Cabo Verde!

“¿Modi ki bu txoma?”, ¿no entendiste? Dije, “¿cómo te llamas?”, en creole, lenguaje nativo de los habitantes de la Isla de Santiago, en Cabo Verde, África Occidental. Respondiendo a la pregunta anterior, mi nombre es Samuel Costa, discípulo de la Comunidad de Alianza y periodista, participante de la expedición misionera del Programa de Voluntariado Shalom en esta isla.

Salud, trabajos con niños y evangelización

Médicos, enfermeros, estudiantes de medicina, dentistas e profesionales del área de educación, son quienes conforman los equipos que veo participar de esa expedición. Los habitantes de la Isla están acogiendo los voluntarios en sus propias casas; ellos fueron divididos en parejas para ese hospedaje. Para ejercer las actividades los miembros de la expedición fueron separados en tres ‘ekipas’ (“equipos” en creole): Salud, trabajo con niños y evangelización puerta a puerta.

Durante las mañanas los voluntarios realizaron su oración personal y comunitaria por dos horas, en seguida, llenos del Espíritu, llevan al pueblo el evangelio vivo, realizando las tareas citadas ya mencionadas. Los trabajos se desarrollaron en las diversas ‘zonas’ (“barrios” en creole) más periféricas del país.

Curiosidad, algunas informaciones interesantes: La misión de la Comunidad Católica Shalom en Cabo Verde fue fundada el día 6 de agosto del 2016, y fue compuesta por 6 misioneros de Comunidad de Vida y uno de Alianza Misionera.

Herencia que pasa de padre a hijo

Según Danilson Brito, nativo de la isla, visto que el país no es rico en oro, plata, o porque no tiene algún segmento industrial, la principal motivación y herencia “que pasa” de padre a hijo es la educación y la religión. “Los niños ingresan a las catequesis a los 6 años, a los 8 realizan su primera comunión y continúan en los diversos grupos de catequesis hasta los 16 años, momento en el que pasan por un último año más de aprendizaje a fin de recibir el sacramento de la Confirmación”, relata Danilson.