Culminando su audiencia general, el Santo Padre renovó su apremiante llamamiento en favor de la paz y su invitación a participar en la jornada de ayuno y de oración por la paz en Siria, en Oriente Medio y en el mundo entero. En particular, dirigiéndose a los fieles de lengua árabe, especialmente a los provenientes de Irak, Jordania y Egipto, el Papa alentó a «unirse siempre a Cristo, edificando su Reino con la fraternidad, el compartir y las obras de misericordia». «¡La fe es una fuerza poderosa capaz de hacer que el mundo sea más justo y más bello!», exclamó el Obispo de Roma y alentó a ser «una presencia de la misericordia de Dios y a testimoniar al mundo que las tribulaciones, las pruebas, las dificultades, la violencia y el mal no podrán derrotar nunca a Aquel que derrotó la muerte: Jesucristo».
Este fue el llamamiento del Papa invitando a la jornada del sábado, 7 de septiembre, víspera de la Natividad de María Reina de la Paz:
«El próximo sábado viviremos juntos una jornada especial de ayuno y de oración por la paz en Siria, en Oriente Medio y en el mundo entero. También por la paz en nuestros corazones. Porque la paz empieza en el corazón. Renuevo mi invitación a toda la Iglesia a vivir intensamente este día, y, desde ahora, expreso mi gratitud a todos los hermanos cristianos, a todos los hermanos de otras religiones y a los hombres y mujeres de buena voluntad que se quieran unir, en los propios lugares y modos, a este momento. Exhorto en particular a los fieles romanos y a los peregrinos a participar en la vigilia de oración, aquí, en la Plaza de San Pedro, a las 7 de la tarde, para invocar del Señor el gran don de la paz. ¡Que se eleve fuerte en toda la tierra el grito de la paz!»
Fuente: news.va