La audiencia general de este miércoles estuvo dedicada al Sacramento de la Confirmación. El Papa Francisco recordó que este sacramento ratifica la gracia bautismal, nos une más firmemente a Cristo: afianza nuestra relación con la Iglesia y nos concede una fuerza especial del Espíritu Santo para defender la fe y confesar el nombre de Cristo sin avergonzarnos de su Cruz.
“La Confirmación es obra de Dios, que se preocupa de que nuestra vida sea plasmada a imagen de su Hijo, de hacernos capaces de amar como él, infundiéndonos su Espíritu Santo. Este Espíritu no cesa de actuar con su fuerza en nosotros, en toda la persona y durante toda la vida”, precisó el Obispo de Roma.
Palabras del Papa Francisco y saludo en nuestro idioma:
Queridos hermanos y hermanas,
Hoy nos centraremos en el Sacramento de la Confirmación. Junto con el Bautismo y la Eucaristía, forma parte un proceso único de iniciación cristiana, a través del cual somos insertados gradualmente en Cristo, muerto y resucitado y recibimos una vida nueva, haciéndonos miembros de la Iglesia. El término Confirmación indica que este sacramento ratifica la gracia bautismal, nos une más firmemente a Cristo: afianza nuestra relación con la Iglesia y nos concede una fuerza especial del Espíritu Santo para defender la fe y confesar el nombre de Cristo sin avergonzarnos de su Cruz. Como todo sacramento, la Confirmación es obra de Dios, que se preocupa de que nuestra vida sea plasmada a imagen de su Hijo, de hacernos capaces de amar como él, infundiéndonos su Espíritu Santo. Este Espíritu no cesa de actuar con su fuerza en nosotros, en toda la persona y durante toda la vida. Cuando lo acogemos en nuestro corazón, Cristo mismo se hace presente y toma forma en nuestra vida: es él quien reza, perdona, infunde esperanza, sirve a los hermanos más necesitados, crea comunión y siembra la paz. Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, venidos de España, Argentina, Chile, México y otros países latinoamericanos. Invito a todos a recordar que hemos recibido la Confirmación, a dar gracias a Dios por él y a pedirle que nos ayude a vivir como verdaderos cristianos y a caminar siempre con alegría, según el Espíritu Santo que hemos recibido.
Muchas gracias.
Acompaña el texto completo de la catequesis aquí.
Fuente: radiovaticana.va