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Papa sobre la Pandemia: ‘Tengo esperanza en la humanidad’

En una transmisión que duró alrededor de 18 minutos, el periodista español Jorgi Évole tuvo la oportunidad de conversar con Papa Francisco sobre la actual crisis global provocada por el COVID-19.

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Tras unos breves comentarios sobre las imágenes de la plaza de San Pedro vacía, vistas en la transición de la oración y de la bendición extraordinaria ‘Urbi et Orbi’ realizada por Papa Francisco el recién pasado viernes 27 marzo, el periodista español Jorgi Évole, inicia la entrevista preguntando: ¿cómo se encuentra? A lo que el santo padre responde: “estoy metido dentro [estoy pendiente] de la problemática”. Indica que por respeto a la cuarentena no está recibiendo grupos, mas continúa a trabajar con normalidad; recibe incluso las audiencias personales que ya estaban fijadas. En la entrevista Papa Francisco deja ver que le toca muy de cerca la actual situación de crisis que está viviendo el mundo. 

Évole parte preguntando si su Santidad tiene algún mensaje para: quienes han perdido a sus seres queridos; quienes trabajan en ‘primera línea’ (médicos, enfermeros, paramédicos, asistentes sanitarios, etc.); los trabajadores de la cadena de abastecimiento de las ciudades; y para quienes viven este periodo con miedo. Papa Francisco responde lo siguiente: 

[a quien ha sufrido la pérdida de alguien] que se le puede decir a quien [últimamente] ha perdido un familiar; lo último que haría sería decirle algo. Es mucho mejor hacerle sentir mi cercanía. Hoy en día es más apreciado el ‘lenguaje de los gestos’ que las palabras. Claro, es evidente que es necesario decir algo, pero – en primera instancia – creo que sea mejor entregar un gesto de cercanía’

[a quien vive en el miedo] con la presente situación se está haciendo presente un drama que hasta ahora estaba escondido, disimulado, pero latente en nuestras sociedades, las que o porque hipócritas o porque inconscientes, no han tomado en cuenta el submundo [Cfr. Fëdor Dostoevskij, Memorie del sottosuolo] de lo que conocemos sólo ‘por concepto’’. En este punto el Santo Padre se refiere a la situación que están viviendo los ‘sin techo’ y a quienes están quedando desempleados; puntualiza que no sabemos que se siente estar en esa condición porque ‘carecemos de la empatía suficiente para comprenderlo’. Es en este sentido que se refiere al ‘conocer por concepto’, una noción superflua. 

Así recalca que: “incluso si las soluciones concretas que se deben tomar – para cada caso – velen por el ‘mal menor’, la lógica del ‘sálvese quien pueda’ no es la respuesta bajo ningún punto de vista”. En esta línea, en su reflexión, más que despedir a los trabajadores, agredir a los demás o ignorarles, Papa Francisco nos indica que las medidas más acordes deben basarse en el acoger, en el cobijo, en el auxiliar, en la solidaridad y en el acercarse a quienes tienen poca o nula esperanza, porque no ven donde o en quien puedan apoyarse. 

[a los profesionales que están en “primera línea”] a ellos les admiro, nos enseñan el significado de la palabra ‘compromiso’. Les agradezco el testimonio. Para mí, son la imagen de los ‘santos de la puerta de al lado’. Inclusive si no son creyentes, o son agnósticos, o si viven la fe a “su modo propio”, ellos son el vivo testimonio del “jugársela por el otro”’

[a quienes abastecen supermercados, farmacias, etc.] es gracias a ellos que está en funcionamiento todo el sistema, es por ellos que no falta lo esencial. Desenvuelven su labor a la altura de lo que la situación exige. También a ellos debemos reconocimiento’

Ante la pregunta, si los gobernantes de las diversas naciones han estado a la altura de las circunstancias, Papa Francisco dice que – bajo su punto de vista – sí. Ha visto una toma de responsabilidad cónsone a la situación de crisis; mas reconoce también que ha habido casos en los que la respuesta no fue lenta y en tiempos no tanto propicios. Como fuera el caso, éstos últimos son ya de dominio público. 

Pero más allá de apuntar a los políticos, el Santo Padre indica que incluso si se objetase que la información no fue entregada a tiempo, se debe reconocer que la población en general también subvaloró la magnitud del problema. Fue predominante el ‘eso no me va a pasar a mí’ o el ‘está lejos de mi realidad’. Ese mecanismo de defensa, cual es la proyección, enajenó la calamidad; provocó que no la viésemos en lo concreto sino en lo remoto, lo que llevó a no darle el justo peso a la situación. 

En este sentido, pregunta el periodista español, ‘¿pecamos de arrogantes? A lo que Papa Francisco respondió que una de las cosas que más le preocupa, hoy, es esa presunción del ‘no me va a tocar’, del ‘soy un preferido’. En este punto, el Santo Padre cita una noticia de un episodio de violencia vivido en uno de los edificios de Roma, en donde un inquilino agredió al conserje porque éste último le recordó que no podía salir a la calle, ya que estaba en cuarentena. Recalca también que comentarios tales como: “esto pasa porque la gente no se cuida o porque no respeta”, no lleva más que a violencia verbal y psicológica, lo que en ningún caso ayuda a sobrellevar la actual situación. 

Papa Francisco hace un llamado a recuperar la convivencia; nos dice que ese será el gran logro una vez terminada toda esta emergencia. Es preocupante, por su lado, la soledad galopante que se ve hoy en día. Nos dice: “hemos terciado la convivencia, el ‘tocarse mano a mano’ no nos recordamos que cosa sea”. Es siempre más recurrente aquella imagen de la familia que estando todos en un único espacio, cada quien vive en su propio mundo: vemos quien mira la televisión, quien chatea con los amigos o quien navega por internet. Lo que la cuarentena nos ofrece es redescubrir aquel tiempo para re-encontrarse. Hoy hemos redescubierto la necesidad de estar cerca y acariciar a nuestros seres queridos.

A la pregunta de si, ante esta crisis es posible sufrir ‘crisis fe’, el Santo Padre responde que sí. “En mi vida, claro que las he tenido, pero en éste momento no. Pero cuando me ha tocado vivirlas, las he superado por mérito de la Gracia de Dios. Éste camino es el más seguro, el más concreto y el que nos hace bien a todos”.

Por último, Jordi Évole le pregunta a Papa Francisco si es optimista, a lo que él responde: “la palabra ‘optimismo’ no me gusta porque me suena a maquillaje. Yo, más bien, tengo esperanza, en la humanidad, en los pueblos, en las personas que de esta crisis van a sacar enseñanzas para cuando les toque retomar la normalidad de sus vidas. Tengo fe en que vamos a salir mejores”.

 

Manuel Quezada


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