Decenas de sacerdotes participaron del Retiro, que incluyó también la visita a la Diaconía General, sede de la Comunidad Católica Shalom, que aconteció el día 7 de noviembre.
Padre Nicolas Lhernould, un sacerdote francés que vive actualmente en Túnez, resume el retiro en dos palabras: fuerza y delicadeza. “Fuerza porque, reunidos con otros padres, sentimos la fuerza de Dios dentro de nosotros, y la fuerza de Dios que actúa a través de nosotros; y también delicadeza por la conducción de Dios en nuestras vidas a través de los hermanos que nos acompañan, que rezan por nosotros, y por la acción del Espíritu Santo”. El sacerdote aún comenta que la unión de fuerza y delicadeza crea una atmosfera que pacifica, que renueva el don del sacerdocio.
Proveniente de la Diócesis de ‘Campo Limpo’ (São Paulo), Padre Fernando Souza, ordenado hace ya cuatro años, participó del retiro por primera vez. Para él, rezar con otros sacerdotes fue una experiencia de pentecostés. Fueron los consagrados de la misión de la Comunidad Shalom en Santo Amaro quienes le invitaron. Según el religioso, los momentos que más lo marcaron fueron la oración comunitaria y la oportunidad de conocer otros presbíteros con más años de experiencia.
Fray Fabiano Reis, de Imperatriz (MA-Brasil), cuenta que descubrió el retiro por las redes sociales. Hace ya tres años, intentó participar del encuentro, mas por otros compromisos no tuvo la oportunidad de asistir. Este año, con la intercesión de los misioneros de la Comunidad Shalom que viven en la misma ciudad donde él reside, consiguió participar. “Tenía una expectativa muy grande del retiro, mas lo que ofreció fue mucho mayor”, resalta. Sobre las catequesis, el sacerdote comenta que tuvieron más que contenido teórico, testimonios de vida.
Traducción: Manuel Quezada