Comunidad Católica Shalom en mi vida
Me llamo María José y soy sevillana, actualmente vocacionada a distancia de la Comunidad Católica Shalom. Todo comenzó en un viaje, una travesía a Río de Janeiro para ser voluntaria de comunicación en la Jornada Mundial de la Juventud. 
Nunca imaginé que allí, además de la bendición de participar en tamaño acontecimiento y recibir la gracia de estar cerca del Papa, me aguardara un tesoro que cambiaría mi vida para siempre. Así es Dios, tan bueno, bondadoso y generoso que me embarcó en esa aventura en la que viviendo en Río pude conocer la Comunidad Shalom gracias a la invitación que me hicieron algunos compañeros del Comité Organizador de la Jornada a conocer el centro de Evangelización de Shalom Catete.
Me impactó, como quién siente un flechazo cuando se enamora de alguien, la profundidad de la espiritualidad con la que el carisma Shalom vive la fe, la intimidad y amistad con Dios, la entrega absoluta con la que se dispone a estar al servicio de la Iglesia misionera y evangelizadora, todo sin reservas por aquel que murió y resucitó por todos nosotros. Me encandilé de la alegría y felicidad con que cientos de jóvenes en Río de Janeiro, y ahora sé que miles en el mundo, vivían esta alegría que es saberse querido por Dios y llamado a ser ejemplo y luz para otros jóvenes que viven perdidos en la superficialidad de un mundo en el que sí es posible vivir en plenitud y feliz, ser Iglesia, ser joven y santo, divertirse y compartir con los amigos, bailar, viajar, rezar, enamorarse, experimentar cosas nuevas e inolvidables colocando a Dios en el centro de la vida. Experimentar con mis propios sentidos los dones de Dios y esta forma de ser joven y de Dios dejó una marca profunda en mi corazón hace un año impulsándome a profundizar más, a amar más, a madurar más a mi vuelta a España a través de la comunidad Shalom en la misión de Granada, al servicio de la Iglesia y de la humanidad.