Los centros comerciales son estructuras en el corazón de las ciudades que ofrecen diversos tipos de servicios: desde salones de belleza a tiendas de ropa, gimnasios, clínicas de salud, escuelas de idiomas, tiendas de juegos, etc. Son sin duda lugares en los que circulan cientos de personas cada día. Podríamos decir que son pequeñas ciudades condensadas, así que no sería extraño que sus visitantes también encontrarán allí una capilla, igual que los que pasean por las calles de la ciudad encuentran una iglesia, un lugar de oración y encuentro con Dios.
En algunos centros comerciales, la Comunidad Shalom realiza actividades permanentes de evangelización en las cuales se busca propiciar una experiencia con Dios “a tiempo y a destiempo”.
La experiencia vivida en el centro comercial Shopping Via Brasil, en Río de Janeiro, cerca del “Complexo da Maré”, uno de los mayores y más densamente poblados barrios de Río de Janeiro, en Brasil, es una prueba de cómo el corazón humano anhela una felicidad que no se puede comprar, a prueba de liquidaciones.
El espacio pionero dedicado a la evangelización en el Shopping Via Brasil cuenta con una capilla y un espacio dedicado a los jóvenes, llamado “Lolek”, en homenaje a San Juan Pablo II. Hay grupos de oración semanales, celebraciones eucarísticas, grupos de parejas e incluso Seminarios de Vida en el Espíritu Santo. Tiene todas las prerrogativas de los centros de evangelización que se encuentran en otras partes de la ciudad.
Paula Monte, misionera de la Comunidad Católica Shalom testimonia: “Me siento realizada sirviendo aquí, es muy gratificante cuando los jóvenes tienen una experiencia con Dios”.
El padre Rómulo dos Anjos, responsable local de la misión de Río de Janeiro, también afirma que en el centro comercial “todas las actividades que propone la comunidad tienen siempre una respuesta muy positiva. Así reconocemos que ya estamos haciendo algo, pero aún podemos hacer mucho más. Aquí experimentamos el compartir, la vida en salida y la experiencia sacramental”.
Alexandre Messias, encargado del secretariado de juventud del sector Vicario General y responsable de las acciones en el centro comercial, destacó la gracia de estar en este lugar. “Hay innumerables testimonios de personas que dicen que nunca entrarían en una iglesia, vienen al centro comercial y aquí tienen una experiencia con Dios. En el espacio Lolek siempre hay un misionero dispuesto a dar respuestas a las preguntas de los jóvenes sobre la frase impresa en la pared ‘El amor me lo ha explicado todo’ de San Juan Pablo II”, cuenta el joven.
Camila, consagrada de la Comunidad de Alianza y misionera en Shalom Río, destacó la oportunidad que la misión tiene de anunciar la experiencia de Dios y el asombro de las personas al ver una capilla en el centro comercial.
Otra experiencia de evangelización en el centro comercial se encuentra en la misión de Salvador. En la capital de Bahía, los misioneros celebran veladas de adoración kerigmática en la pequeña y hermosa capilla, además de un grupo de oración semanal dedicado a los jóvenes.
Sin duda, estos espacios dedicados a la evangelización son iniciativas que encarnan el deseo expresado en el Sínodo, donde se señaló que las transformaciones en las grandes áreas urbanas son hoy un lugar privilegiado para la nueva evangelización. Se inscribe en el compromiso indicado en la Evangelii Gaudium de “imaginar espacios de oración y de comunión con características innovadoras, más atractivos y significativos para las poblaciones urbanas (n. 73)”.