Hola, mi nombre es Marjori Small tengo 28 años, soy hija de Dios, misionera de la Comunidad de Alianza de la Comunidad Católica Shalom, así como también arquitecto de Interiores. Actualmente me desempeño como docente de diseño de interiores, carrera técnico-profesional que me abrió las puertas y orientó verso una feliz entrega, no sólo como joven, sino también como misionera.
Hace 5 años tuve una fuerte experiencia con el amor de Dios, la que trasformó la perspectiva con la que miraba y entendía el sentido de mi vida. Esto fue en Agosto del 2013, en los días de Santa Rosa de Lima. Recuerdo que en aquella época, con 23 años, me encontraba trabajando en mi primera obra de supervisión, una casa en Miraflores (Perú).
Un regalo de Dios pues madura mucho en el lidiar con el personal que ejecuta las labores de remodelación. Por aquel entonces, en paralelo, estaba trascurriendo la Jornada Mundial de la Juventud (2013), a la que no pude participar; pero el no haber podido viajar a Brasil, me hizo el lugar que mi corazón buscaba en la Iglesia.
Recuerdo que estaba en una relación; recuerdo que a pesar de estar enamorada, mi anhelo era poder emprender un rumbo que me permitiera conocer más y mejor la Iglesia, una Iglesia que está viva y que es joven. Así, mientras escuchaba Radio María, un programa que se llamaba ‘#FrecuenciaJoven’, encontré un grupo de brasileños que hablaban de un seminario de vida en Espíritu Santo, evento que justo calzaba con el día de ‘Santa Rosita’, y esto me encantó. Me acuerdo que lo que me impactaba de este programa era la madurez de los conductores, a pesar de que eran muy jóvenes.
Pues, me decidí a llamar desde la obra en Miraflores; ubicar la Casa Shalom y coordinar para que pudiese ir a conocerles. Esto aconteció y, para mi sorpresa, quién me abrió las puertas de la casa comunitaria fue el mismo conductor de la Radio. Desde la llegada a la comunidad, la acogida y la alegría me hicieron entender que: aquel era “mi lugar”. Es así como, en la oración comunitaria, pedí a Dios una sabiduría sobre en qué lugar me quería ubicar para servir mejor, a lo que Él me respondió brindándome la oportunidad de poder ser profesora.
Este y otros muchos presentes fueron aconteciendo, como el hecho de que soy una joven en discernimiento de su estado de vida; que hoy soy discípula de primer año; que porto el señal de mi elección con las inscripciones de la Paz: שלום.
Seguir a Jesús es mi respuesta a su llamado, en medio de los quehaceres familiares y desafíos propios de este mundo que nos invita a ser consumistas y hasta caer en la corrupción. Mi llamada es todos los días besar mi Tau, agradecer y pedir la gracia de la pobreza, de la obediencia y de la castidad, ser sal y luz.
Esta soy yo, Marjori, amante Mariana de la evangelización y de la creatividad como medios de difusión del carisma y de la belleza de ser Iglesia.
Shalom!
Marjori Small