En realidad, se me hace un poco complicado poder describir mi experiencia con un curso que tuve hace poco en Shalom, porque siento que fue parte del desenlace de una etapa de la historia de mi vida cuyos protagonistas eran mis heridas. Soy de las personas que siguen a Jesús desde hace ya muchos años, y me considero una simple obra de misericordia del Señor, mi historia comienza en un salón de catequesis de confirmación aceptando a Jesús como rey de mi vida, pero teniendo como siguientes capítulos escenas de mi vida donde descubría el interior de mi corazón, dentro de estas escenas siempre destacaba una herida de mi alma que afectaba mi comportamiento, mis relaciones, mi autoestima e incluso mi fe. Nunca pude llegar a ponerle un nombre concreto a esta herida, pero estaba estrechamente relacionada con la manera en como yo misma me miraba, y como ésta se había deformado tras tantas escenas en mi vida desde mi niñez, de mi adolescencia y juventud, llegando inconscientemente a no darme el valor que yo tenía. No hace mucho volví a vivir una escena de mi vida donde denigré mi dignidad, mi cuerpo y mi espíritu, no fue fácil querer ponerme de pie nuevamente, pero recuerdo que llegué a ver el anuncio de este curso que les comenté al principio, y al ver tan solo su nombre supe que tenía que participar, se llamaba “Vales Mucho” curso de sanación interior.
Este curso se basaba en un libro con 10 días de oración, desde la primera vez que asistí me quedó claro que más allá de lo que recibiría en los módulos, era un trabajo entre el Señor y yo. Y así fue comencé con mucha emoción y, realmente, fue demasiado preciso y precioso todo lo que iba trabajando día a día y la forma en como cada día iba sanando y entregando cada parte de mi historia, mis heridas… mi autoestima. Pude redescubrir y entender no solo con mis conocimientos sino con mi corazón: lo valiosa que soy yo ante los ojos de un Dios tan grande, y de esta manera poder yo reformar esta mirada que yo tenía sobre mí, porque en cada oración al final me decía a mí misma: “como me puedo mirar de una manera tan deforme, si Dios siendo tan grande y perfecto tiene una mirada tan preciosa hacia mí, haciéndome con cada gesto Hija suya”. Sé que este camino no ha terminado, pasa por este proceso de sanar mis heridas, pero lo que si tengo claro es que, partiendo del desenlace de esta fase de mi historia gracias al curso, la historia se seguirá escribiendo, pero de manera diferente, porque ahora tengo otra mirada sobre mí, ahora sé que soy “Hija amada de Dios”.
Carmen Bustillos participó del curso “Vales mucho” que realizó en marzo de 2020 la Misión Lima de la Comunidad Católica Shalom. Reside en Lima.