En el 2018 tuve la gracia de ir al CJS en Montevideo, Dios había abierto las puertas de su divina providencia en todos los aspectos y de esa manera los jóvenes correntinos nos lanzábamos en la aventura de viajar.
En aquella época, yo tenía poco tiempo en la obra, exactamente siete meses, no conocía muy bien de que trataba en sí la vocación, ni que era aquel evento. Tuve la oportunidad de conocer y estar cerca de los fundadores, misionario Shalom (una banda), misioneros de otras nacionalidades, y muchos jóvenes, que como yo, participaban de los grupos de oración.
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En el Congreso hay diversos momentos y existe un espacio que se llama oración y consejeria, yo me había acercado a una misionera, Andrea su nombre, para que rezara por mi. En un momento ella proclamó:
-Lilo, Él Señor te quiere aquí para que descubras tu ser ontológico, para que descubras quién eres
Aquella proclamación dejó una semilla en lo más profundo de mi corazón, para ser sincera en aquel momento no entendí bien que fue lo que Dios quiso hablarme, pero sí sé que aquello me daría una fuerza de adhesión a una vida coherente y decidida por Dios. Sembró en mi la semilla de querer descubrir mi vocación.
Nunca fue mi proyecto de vida ser quien soy hoy, pero sé que estoy siendo aquello que Dios piensa de mí, consagrada de la Comunidad de Vida, misionera en una tierra ensantada, en Lima Peru, donde será el próximo CJS.
Por eso, quiero decirte que vale la pena, Dios quiere hablarte, quiere amarte, déjate amar y lánzate en la aventura de describir lo que Dios quiere para ti. Esa siempre será nuestra felicidad.
Liliana Romero – Consagrada de la Comunidad Vida Shalom