Estado de vida o forma de vida es un don que Dios concede a cada persona con la finalidad de capacitarla mejor para amar y servir. La Comunidad Shalom es compuesta por fieles de las más diversas formas de vida: célibes por el Reino de los Cielos; casados y solteros; sacerdotes, diáconos y seminaristas. Unidos por una consagración de vida, él tiene como modelo la diversidad y la unidad de las tres personas de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
En la Comunidad, los sacerdotes viven su ministerio según el espíritu propio de la Vocación, a servicio de la Iglesia y de los hermanos. Ellos no constituyen un ramo distinto de la Comunidad mas están, en todo, integrados en el mismo cuerpo comunitario, con las mismas gracias y renuncias que eso implica. Reflejan el amor redentor de la persona del Hijo, Jesucristo, y actúan como instrumentos de vida reconciliada a través de los sacramentos.
Señales del amor del Padre, los matrimonios actúan como instrumento generador de vida y de la animación del espíritu de familia. Ellos son miembros legítimos de la Comunidad y abrazan la Vocación Shalom con todas las bendiciones y exigencias propias. Una vez por semana, padres e hijos se reúnen en sus hogares para rezar y celebrar la alegría de la presencia de Dios en medio de ellos. En la Comunidad de Vida, las familias tienen un ambiente reservado donde se mantiene la privacidad propia de la vida familiar y tiempo para la convivencia con los hijos.
Los célibes reflejan la persona del Espíritu Santo y actúan como instrumento de fecundidad y de poder espiritual para la Comunidad y para la Iglesia. Miembros legítimos de la Comunidad, ellos tienen los mismos derechos y deberes de los otros hermanos.