Con profundo dolor y plena confianza en la promesa de la Resurrección, la Comunidad Católica Shalom se une al dolor de todos los que sufren con motivo de la Pascua del Papa Francisco.
Nos consuela la certeza de que el Santo Padre fue un poderoso instrumento del amor y la misericordia de Dios para toda la humanidad. Bajo el manto de la Virgen de Aparecida, encomendamos en oración el alma de nuestro querido y amado Papa Francisco al Padre de las Misericordias. Y en la Eucaristía celebrada y adorada, nos unimos en la esperanza y en la oración a toda la Iglesia, que en este momento de dolor eleva su mirada hacia Aquel que ha vencido la muerte.
Nuestra gratitud por su testimonio auténtico como discípulo del Señor y amigo de los pobres, que nos enseñó a vivir, acoger y dar gratuitamente la Misericordia.
Nuestra oración confiada por el regreso del Santo Padre a la Casa del Padre, en el encuentro cara a cara con Aquel que lo sostuvo en el anuncio de la alegría del Evangelio hasta su último día de vida.
En este Año Jubilar de la Esperanza, la Pascua — ciertamente inesperada — del Papa Francisco se revela, una vez más, como una ocasión misteriosa para testimoniar el fundamento de nuestra Esperanza: Jesucristo Resucitado.
Unidos a la Virgen María, Madre de la Esperanza, viviremos este tiempo de gratitud y oración.