Esta mañana, 29 de junio, el Papa León XIV ha presidido su primera Misa como Romano Pontífice en conmemoración de la Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo, patronos de Roma. Una jornada en la que también se realiza la colecta del Óbolo de San Pedro para apoyar directamente al Papa en su misión de caridad y servicio a la Iglesia universal, especialmente con los más necesitados.
La Misa ha contado con la participación de los miembros del Sínodo Greco Católico de Ucrania y del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, perteneciente a la Iglesia Ortodoxa Oriental, enviados por el Patriarca Bartolomé I.
Durante la celebración el Santo Padre he entregado el Palio a los nuevos Arzobispos Metropolitanos llegados de distintos países de Europa, África, Asia y América. Entre ellos, se encontraban el Arzobispo de Varsovia, Mons. Adrian Józef Galbas, y el Arzobispo de Boston, Richard G. Henning, donde la Comunidad Católica Shalom tiene presencia misionera.
“La Iglesia, taller de unidad y comunión”
Durante su homilía el Papa León XIV ha destacado la comunión eclesial que se refleja en las figuras de San Pedro y San Pablo, que compartieron diferencias unidos en un destino común en Roma:
“La comunión eclesial nace del impulso del Espíritu, une las diversidades y crea puentes de unidad en la variedad de los carismas, de los dones y de los ministerios. Es importante aprender a vivir la comunión de ese modo, como unidad en la diversidad, para que la variedad de los dones, articulada en la confesión de la única fe, contribuya al anuncio del Evangelio”.
“Estamos llamados a seguir este caminando por esta senda, mirando precisamente a Pedro y Pablo, porque todos necesitamos de esa fraternidad. Lo necesita la Iglesia, las relaciones entre los laicos y los presbíteros, entre los presbíteros y los obispos, entre los obispos y el Papa, así como lo necesitan la vida pastoral, el diálogo ecuménico y la relación de amistad que la Iglesia desea mantener con el mundo”, ha reflexionado.
También el Papa León XIV ha lanzado una invitación al compromiso de todos los fieles: “Comprometámonos a hacer de nuestras diversidades un taller de unidad y comunión, de fraternidad y reconciliación para que cada uno en la Iglesia, con la propia historia personal, aprenda a caminar junto con los demás”.
Refiriéndose a la vitalidad de la Fe, el Santo Padre ha destacado que en la historia de los dos apóstoles, en cambio, nos inspira su voluntad de abrirse a los cambios, de dejarnos interrogar por los acontecimientos, los encuentros y las situaciones concretas de las comunidades, de buscar caminos nuevos para la evangelización”.
Angelus
Posteriormente a la celebración de la Misa ha tenido lugar el Angelus donde el Papa León XIV ha declarado su deseo de que su “servicio pastoral” sea en servicio de la unidad y para favorecer la comunión.
“Quién sigue a Jesús hace el camino de las bienaventuranzas encontrando oposición y persecución”, ha dicho el Papa, añadiendo que “la gloria de Dios brilla en sus amigos y se plasma de conversión en conversión comenzando por nuestras familias y nuestras comunidades”.
Con el deseo de que la Iglesia sea “casa” y “escuela de comunión” León XIV finalizó su discurso durante el Ángelus con un llamamiento por la paz: “que callen las armas y se trabaje por la comunión y el diálogo”.
