El plan de providencia, desenvolvimiento y sustentabilidad forman parte del plan evangelizador. En él está contenido la expresión de la historia del Carisma. En este plan se hace una lectura, a partir de la economía del Reino, de la palabra de Dios, del magisterio de la Iglesia, del Catecismo de la Iglesia, y del carisma, siendo bajado a la vida económica, con base en las tres columnas: providencia, sustentabilidad y desenvolvimiento.
La comunidad vive de la provincia divina. Así nos recuerdan los estatutos: “La providencia es la fuente de todo el sustento y el desenvolvimiento de los medios necesarios para la manutención de la comunidad y de toda la obra. Si el señor no edificará la casa, en vano trabajan sus constructores (Sl 127,1). La comunidad reconoce los bienes como fruto de la providencia divina” (ECCSh, art. 185).
Así, este plan sí una secuencia de acciones que deben impactar económicamente y contribuir para la generación de un Pueblo Nuevo. Abiertos a la acción del Espíritu Santo, qué hace nueva todas las cosas y que sopla donde quiere, dejémonos guiar por las directrices propuestas por él.
Providencia
Delante de los bienes materiales debemos creer no solamente en el efecto temporal, sino también, en su orden último, sobre todo, en el fin último, que es una Bondad Divina.
El Catecismo de la Iglesia Católica que “la Divina Providencia son las disposiciones por las cuales Dios conduce con sabiduría y amor todas las criaturas hasta su fin último” (CIC 321), de modo que “El fin último es la Gloria de Dios, y la gloria de Dios es el hombre vivo, y la vida del hombre es la visión de Dios” (CIC 294), por lo tanto si queremos ver Jesús (Lc 19,3) en la administración de los bienes, necesitamos vivir en la lógica de la Economía del Reino, que es la Divina Providencia (ECCSh, art. 137).
Ese aspecto de la Divina Providencia nos llena de Esperanza, que no significa otra cosa sino “El aguardar confinante de la bendición divina y de la visión beatifica de Dios” (CIC 2090).
Aún en esta temática, la Providencia es una expresión fortalecedora de la fe y de la filiación divina, visto que, abandonados a la providencia, se permite ser cuidado por Dios Padre, y crecer en esta confianza filial que genera sentido de eternidad y manifestación mayor de la caridad.
Sustentabilidad
A fin de profundizar en el término sustentabilidad, que se propone en este plan, debemos partir inicialmente del término griego para “economía”, que es “oikonomia” y qué significa “administración de la casa de la familia”, y del término “sustentable”, que puede tener origen del latín: “sustentare”, lo que significa sustentar, favorecer y conservar.
En el Plan, el concepto de sustentabilidad esta relacionado al desenvolvimiento económico sustentable, o sea, formado por un conjunto de políticas, directrices, estrategias y demás actitudes económicamente viables.
Desenvolvimiento
Ya el desenvolvimiento al cual se refiere, además, es claro, que todos los otros tópicos de este documento, estarán siempre sujetos al discernimiento de la voluntad de Dios. De esa forma, asociamos el desenvolvimiento a la divina providencia, y el espíritu que lo rige debe tener siempre su origen y su fin en Dios. Notaremos siempre un cambio positivo, cuantitativo y equitativo.
Traerá así, direccionalidad, esto es, una dirección y un propósito. Y todavía muestra el crecimiento y el perfeccionamiento y se somete a una serie de etapas claramente definidas. Parte siempre de una condición específica y clara, establece racionalmente un orden y, a través de un proceso gradual, busca la meta.
Finalidad del plan
De acuerdo con Leandro Formolo, Ecónomo General de la Comunidad, el Plan forma parte de la evangelización, pues la evangelización es una Encarnación del verbo, estando dentro de una vida económica.
“A mi ver, la gran contribución del plan, qué es la vida de la economía del Reino, es la dimensión santificante, es la dimensión de un Pueblo Nuevo. No es un pueblo fragmentado sino un pueblo entero, donde todas las dimensiones de su vida, espiritual, relacional, social, económica, en el trabajo, en la relación con los pobres, sea un hombre único, Como Dios lo creo y como Jesús lo redimió”. afirma Formolo.
De este modo, una nueva mirada cuanto a economía del Reino surgirá, y dentro de las nuevas directrices facilitarán la integridad del ser hombre, pero también cuanto a la Obra del Carisma.