“Quien ha encontrado un amigo, ha encontrado un tesoro”, dice la palabra de Dios. Por eso es así como en una palabra se resume la relación entre la Comunidad Shalom y los pobres: la amistad. Es cierto que esta amistad no se limita a atender sus necesidades, ayudar a cuidar de su salud y mejorar su situación de calidad de vida. Esta relación de amistad va más allá. Implica reciprocidad, atención, escucha y sobre todo compartir lo que uno es, los dones, las habilidades, el tiempo, junto con los bienes materiales que nos fueron dados para ser compartidos.
A continuación, compartimos diversos testimonios de experiencias vividas en la Jornada Mundial de los Pobres, que tuvo lugar el 13 de noviembre. Las misiones de la Comunidad Shalom en todo el mundo se dedicaron aún más intensamente a sus amigos pobres, respondiendo a la llamada de la Iglesia.
Nueva York (EE.UU.)
En la ciudad que nunca duerme, los misioneros de la Comunidad Shalom y los miembros del grupo de oración se dedicaron a preparar un día especial para los pobres. Se hicieron equipos de servicio en alimentación, distribución de kits, manualidades y hospitalidad. El núcleo de la organización estaba compuesto incluso por un voluntario que ya había vivido en las calles.
Semanas antes comenzó el trabajo de organización: se preparó material de higiene, ropa de frío y regalos para distribuir, además de invitaciones entregadas personalmente a los amigos pobres.
El día 13, el punto central de las actividades fue la iglesia de San Damián, de la que partían otros tres puntos de distribución. Muchos voluntarios participaron en el servicio, y los transeúntes también se sintieron atraídos por la hospitalidad ofrecida. Se sirvieron unas 300 comidas, se distribuyeron 150 prendas de ropa para el invierno y la misión ofreció material de higiene.
Roma (Italia)
La Misión Shalom de la Ciudad Eterna abrió las puertas del Centro Internacional San Lorenzo a un encuentro siempre muy enriquecedor: los jóvenes y los pobres. La propuesta del evento era ofrecer algo más que el alivio de las necesidades primarias de nuestros hermanos y hermanas que muchas veces viven por las calles, el objetivo era un encuentro ameno y de verdadera amistad. Los jóvenes invitaron y sirvieron a los amigos pobres y compartieron sus historias de vida, en el precioso servicio de la atención y la escucha.
Praia, Isla de Santiago (Cabo Verde)
La Comunidad Católica Shalom de Cabo Verde ofreció a sus miembros y a los habitantes de la zona del Valle de Palmarejo Grande, en la periferia de la ciudad de Praia, una experiencia de atención, alegría, cercanía y oración .
A lo largo del día, los misioneros de la Comunidad, junto con voluntarios del área de salud y residentes de otras zonas de la ciudad de Praia, realizaron actividades recreativas, momentos de oración, cuidados de higiene y trabajos de enfermería entre la población local.
Los misioneros señalan que el punto culminante del evento fue la Santa Misa, presidida por el Padre Irineu Correia, párroco local. Según Jenifer Nunes, responsable de la Comunidad Shalom en Cabo Verde, la gran participación de los residentes durante la misa fue un importante indicio del éxito de la obra. Afirma que “fue muy gratificante encontrar a tantos adultos y niños a los que habíamos visitado o que habían pasado por alguna de nuestras actividades, volviendo al final del día para celebrar la Eucaristía con nosotros.
La cercanía y el sentimiento de familia fueron sorprendentes durante todo el encuentro. Para Domingas Sanches, catequista del Valle de Palmarejo, este día fue muy importante, pues les permitió darse cuenta de que no están solos. Los voluntarios de enfermería de la Clínica de la Juventud contribuyeron a esta labor de prevención y detección de la hipertensión y la diabetes en toda la zona. Según la enfermera Maria de Lourdes da Silva, al recibir a profesionales en casa, la gente se siente más a gusto para compartir sus realidades de salud. Además de poder prestar ayuda a las personas mayores o con movilidad reducida.
Para unirse a esta nueva familia, el catequista de la zona de Paiol na Praia, Toni Tavares, asistió al evento con toda su clase de catequesis. Entre los quince jóvenes catequistas, Clenice da Veiga, dijo que lo mejor de esta experiencia fue, además de los muchos juegos realizados con los niños de esta zona, poder escuchar el testimonio de los misioneros y descubrir que es posible oír la voz de Dios que nos habla.
Demostrando aún la importancia del testimonio, la “Fazenda da Esperança” también se unió a esta bonita labor, enviando a cuatro de sus miembros a trabajar en la campaña de contra el consumo de alcohol y drogas.
La Comunidad tuvo así la oportunidad de atender a 32 personas por el equipo de enfermería, cerca de 25 niños recibieron atención médica, más de 100 personas participaron en el almuerzo comunitario, todas las áreas de la zona fueron visitadas por el equipo de evangelización puerta a puerta y más de 50 niños participaron en actividades recreativas y de oración.
Pero sobre todo, la gran gracia de este evento fue, sin sombra de duda, la certeza de que todos somos una sola familia, todos pobres ante Dios y llamados a vivir en la cercanía unos con otros.
Lugano
Con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres, la misión Shalom en Suiza organizó una cena benéfica para las misiones más necesitadas, especialmente las de Mozambique y Madagascar, y en para el proyecto “Escuelas de Paz”, situado en la isla de Marajó, en la región amazónica de Brasil.
La experiencia vivida en la cena frente al intercambio de experiencias de los misioneros fomentó un sentimiento de verdadera fraternidad, que ni siquiera la distancia pudo impedir. En cambio, la cercanía se revelaba al compartir los dones materiales y espirituales, concretando así un vínculo de caridad y esperanza.