El cónclave que elegirá al próximo sucesor de Pedro comenzará el próximo 7 de mayo en el Vaticano. La información fue anunciada por la Santa Sede en la mañana de hoy (28).
La decisión fue tomada hoy durante la quinta Congregación General, reunión en la cual se definen los detalles relacionados con el cónclave. Estuvieron presentes 180 cardenales, de los cuales poco más de 100 son electores.
La Capilla Sixtina, histórico lugar que acoge los cónclaves desde 1878, ya no está abierta a visitantes para permitir los preparativos de la votación de los cardenales, incluida la instalación de la emblemática chimenea que, con su característica humareda blanca, anunciará al mundo la elección del nuevo Papa.
¿Cómo funciona el Cónclave?
La reunión del cónclave comienza con la celebración solemne de la Eucaristía, la Misa votiva «Pro Eligendo Papa», con la participación de todos los cardenales electores. Por la tarde, siguen en procesión hacia la Capilla Sixtina. Al llegar, los cardenales pronuncian un juramento conforme al párrafo 53 de la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis.
Mediante este juramento, se comprometen, en caso de ser elegidos, a cumplir fielmente el Munus Petrinum como Pastor de la Iglesia Universal. Asimismo, se obligan a guardar absoluto secreto sobre todo lo relacionado con la elección del Romano Pontífice y a rechazar cualquier intento de injerencia externa.
A continuación, el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias proclama extra omnes, lo que indica que todos los que no participan en el cónclave deben abandonar la Capilla Sixtina. Solo permanecen el Maestro de Ceremonias y el eclesiástico encargado de ofrecer una segunda meditación a los cardenales electores.
Esta meditación se centra en la grave responsabilidad que tienen por delante y en la necesidad de actuar con intención pura para el bien de la Iglesia, teniendo siempre a Dios como única guía. Luego, tanto el eclesiástico como el Maestro de Ceremonias se retiran de la capilla. Los cardenales electores entonces recitan oraciones según el Ordo Sacrorum Rituum Conclavis.
Al finalizar las oraciones, el Decano del Colegio Cardenalicio pregunta si están listos para proceder a la votación o si necesitan aclarar alguna duda sobre las normas o procedimientos. Todo el proceso electoral tiene lugar exclusivamente en la Capilla Sixtina, que permanece completamente cerrada hasta que se elija al nuevo Papa.
Durante todo el cónclave, los cardenales electores no pueden enviar cartas ni comunicarse de ningún modo, salvo en casos de extrema urgencia. Tampoco pueden recibir periódicos, revistas, ni seguir transmisiones de radio o televisión.
Tras cada votación, las papeletas son quemadas. Si no se alcanza una elección, la chimenea emite humo negro. Cuando se logra el número necesario de votos, el humo es blanco, anunciando que un nuevo pontífice ha sido elegido. El nuevo Papa es proclamado cuando alcanza dos tercios de los votos de los cardenales electores.