Más de 250.000 fieles se han congregado esta mañana en la Plaza de San Pedro para participar en la Misa de Exequias de Papa Francisco, una última oportunidad para despedir al Santo Padre cuya bara fue colocada en un lugar central, cerca del altar, y sobre ella la Palabra de Dios.
Entre fieles llegados de diferentes partes del mundo y en un ambiente muy multicultural, nuestro fundador, Moyses Azevedo, ha representado a toda la Comunidad Shalom que en estos días vive el luto por la pérdida del Papa Francisco, “padre y amigo” de toda la familia Shalom.
La Eucaristía, que ha estado presidida por el Cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, ha contado con la presencia de cardenales, obispos, presbiterios, laicos y de numerosos líderes religiosos en representación de las diferentes ramas cristianas como las Iglesias ortodoxas, anglicana, luterana, evangélica y baptita, entre otros, y también de otras religiones mundiales como el budismo o hinduismo, además de representantes políticos de países islámicos.
“SANTO PADRE, DESDE EL CIELO RECE POR LA IGLESIA”
Durante la homilía el Cardenal Re destacó las principales líneas del Magisterio del Santo Padre a través de sus viajes apostólicos destacando especialmente su deseo e intercesión para construir un mundo en paz:
“Frente al estallido de tantas guerras en estos años, con horrores inhumanos e innumerables muertos y destrucciones, el Papa Francisco elevó incesantemente su voz implorando la paz e invitando a la sensatez, a la negociación honesta para encontrar soluciones posibles, porque la guerra —decía— no es más que muerte de personas, destrucción de casas, hospitales y escuelas. La guerra siempre deja al mundo peor de cómo era en precedencia: es para todos una derrota dolorosa y trágica. “Construir puentes y no muros” es una exhortación que repitió muchas veces y su servicio a la fe como sucesor del Apóstol Pedro estuvo siempre unido al servicio al hombre en todas sus dimensiones”.
Asimismo, también recordó las palabras del Papa que siempre se confiaba a la intercesión de los fieles y del pueblo de Dios: “No se olviden de rezar por mí”. De esta forma, el Cardenal Re resaltó:
“Querido Papa Francisco, ahora te pedimos a ti que reces por nosotros y que desde el cielo bendigas a la Iglesia, bendigas a Roma, bendigas al mundo entero, como hiciste el pasado domingo desde el balcón de esta Basílica en un último abrazo con todo el Pueblo de Dios, pero idealmente también con la humanidad que busca la verdad con corazón sincero y mantiene en alto la antorcha de la esperanza”.
Posteriormente, casi al final de la Misa, tuvo lugar el rezo del rito oriental del Officio Defunctorum Liturgie Byzantine, realizado por los patriarcas, Arzobispos mayores y Metropolitanos de las Iglesias orientales, con la aspersión de agua bendita e incienso sobre el féretro del Papa.
A continuación y entre aplausos el cuerpo del Santo Padre fueron portados de nuevo al interior de la Basílica de San Pedro para, desde allí, ser trasladados a la Iglesia de Santa María Mayor, templo que acogerá desde ahora los restos mortales del romano pontífice.
Foto: Vatican Media
