Necesitamos una tormenta para reconocer la divinidad de Jesús
¡Señor, sálvanos, que nos hundimos! Jesús calma la tempestad y los discípulos quedan “asombrados” (cf. Mt 8,27), o sea, “llenos del temor de Dios”. La expresión griega que el evangelista Mateo utiliza es ethaumasan (ἐθαύμασαν), que es la conjugación del verbo thaumazó (θαυμάζω). Este verbo aparece cuarenta y cuatro veces en el Nuevo Testamento y […]