Los grandes cambios de la gracia de Dios, en la historia, siempre estuvieron asociados a grandes dramas y conflictos existenciales que la Iglesia y la sociedad de cada tempo y lugar vivían. El Creador actúa como un perfecto y amoroso Padre, acompañando, formando y educando a sus hijos. Hay varios pasajes que tratan de esa relación amorosa y didáctica de Dios con sus hijos. Una muy significativa que podríamos destacar es esta, leedla con piedad:
“Cuando aún eran paganos, se volvían frenéticos ante sus ídolos inertes. Ahora les digo que ninguno puede gritar: « ¡Maldito sea Jesús!» si el espíritu es de Dios; y nadie puede decir: « ¡Jesús es el Señor!», sino con un espíritu santo. Hay diferentes dones espirituales, pero el Espíritu es el mismo. Hay diversos ministerios, pero el Señor es el mismo. Hay diversidad de obras, pero es el mismo Dios quien obra todo en todos. La manifestación del Espíritu que a cada uno se le da es para provecho común. A uno se le da, por el Espíritu, palabra de sabiduría; a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; a otro, el don de la fe, por el Espíritu; a otro, el don de hacer curaciones, por el único Espíritu; a otro, poder de hacer milagros; a otro, profecía; a otro, reconocimiento de lo que viene del bueno o del mal espíritu; a otro, hablar en lenguas; a otro, interpretar lo que se dijo en lenguas. Y todo esto es obra del mismo y único Espíritu, que da a cada uno como quiere” (1 Corintios 12, 2-11)
Cuando leemos esas palabras del grande apóstol Pablo y estudiamos la trayectoria histórica de las congregaciones, órdenes religiosas, es imposible no encantarnos con el cuidado didáctico e amoroso de Dios con su pueblo. Una nueva congregación, una orden religiosa, un movimiento, un nuevo carisma, siempre surge como una respuesta osada de Dios. Es un remedio Divino, para una enfermedad existencial y espiritual de la sociedad y de la Iglesia de cada tiempo y lugar.
Son algunos ejemplos: Orden de los Templarios, Legionarios de Cristo, Orden del Carmen, Orden de San Benito, Camilo de Lellis, Carmelitas, Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, Agustinianos, Carmelitas, Franciscanos, etc… Eso es bonito porque expresa como la mística y la espiritualidad Cristiano-católica es transcendente, más, al mismo tiempo, es histórica, concreta. Ello nos muestra como el amor de Dios es atento y actuante en la vida de sus hijos.
Las nuevas expresiones
En las últimas décadas, Dios sin anular, cancelar o excluir las antiguas, ricas y clásicas congregaciones, órdenes, institutos de vida religiosa y consagrada en la Iglesia, hizo surgir nuevos carismas y vocaciones. La mayoría de ellas en la forma de las llamadas nuevas comunidades. Estas surgieron bajo el formato Canónico de Asociación Privada de Fieles, Institutos de Vida Consagrada, etc. Entre estos dones de Dios, que podríamos mencionar están: Comunidad Católica Shalom (original Comunidade Católica Shalom), Comunidad Canción Nueva (original Canção Nova), Comunidad Obra de María (original Obra de Maria), Comunidad Hesed (original Comunidade Hesed), Movimiento de los Focolares (original Movimento dei Focolarini), Comunidad Jesus Youth, Comunidad Nuevos Horizontes (original Novos Orizontes), etc.
Podríamos aquí digitar muchos otros nombres esparcidos por el mundo. Hay aún muchas cosas que podríamos decir y explicar sobre las nuevas comunidades, mas necesitamos concluir. Espero que este texto pueda haber despertado en su corazón benditas curiosidades para investigaciones personales, así como incentivar el madurar en su caminada de fe en la Iglesia.
¡Dios le bendiga siempre, Shalom!
Rodrigo Santos
Traducción: Manuel Quezada